El Valencia ya se parece al campeón

Dieciocho semanas consecutivas al frente de la Liga lleva la Real, que no cede ante los goles de Ronaldo, la crecida del sólido Valencia y la voracidad de Tristán y Makaay. Sin alardes, pero con eficacia, el equipo donostiarra tumbó a Osasuna, que llegó a Anoeta con la etiqueta de haber bailado al Madrid hace sólo una semana. El conjunto de Denoueix está tan enchufado que ni siquiera tirita cuando le faltan sus centrales titulares, caso de ayer, o cuando se parte por el eje, como le sucedió a la hora de juego al resentirse de sus molestias Xabi Alonso. El técnico francés apeló a la genética y tiró del Alonso mayor, Mikel, que sale menos en los cromos, pero que ayer tuvo su día de gloria y despidió a Osasuna con un segundo gol. Kovacevic, como casi siempre, se había encargado de abrir la lata.

Mientras la Real recortaba con alegría otra página del calendario y con el Madrid y el Deportivo con los deberes cumplidos desde el sábado, el Valencia pasó de noche por Vallecas como un ciclón. El campeón vigente cada vez se parece más al del curso pasado. Benítez mantiene la misma ecuación: firmeza, disciplina y puntualidad ante el gol. Tres constantes fijas juegue quien juegue. Con Aimar, Carew, Albelda, Vicente, Rufete y Pellegrino a la bartola para coger oxígeno de cara a la Champions, el mecano de Benítez funcionó con la misma precisión. Con lo justo dejó al Rayo en la cuneta en un pis-pas y, como en la temporada pasada, con Angulo y Baraja -el único para el que Benítez no tiene recambio- de goleadores.

Con los cuatro de cabeza cada vez más enfilados, la Liga también parece tener selladas por ahora las zonas calientes de la clasificación. Con el Celta y el Betis instalados con cierto colchón en los puestos de la Copa de la UEFA, en la hoguera del descenso arden el Recreativo, el Rayo y el Espanyol. El resto, salvo el Atlético, que aún flota cerca de la frontera europea pese a su batacazo en Huelva (3-0), se apelotona en la zona templada, donde tres puntos separan a diez equipos. Al margen del Barça, que ya es octavo, el gran estirón de la jornada lo dio el Racing del heterodoxo Piterman, que cazó ante el Villarreal su tercera victoria consecutiva. Un triunfo que le aupó siete puestos en la tabla.

De aúpa también fue la meta alcanzada por Miquel Soler, de 38 años. Ayer, en Mallorca, cumplió su partido 500 en 20 años en Primera. Excluidos los porteros, sólo le superan Eusebio (543) y Sanchis (524).