_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL | La jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La Real endereza el rumbo

Sin un juego exquisito, el equipo de Denoueix rompe su mala racha y se mantiene líder

La Real Sociedad se ha levantado a tiempo para no soltar el liderato. Justo cuando el Real Madrid le había adelantado provisionalmente la víspera con su victoria contra el Valladolid, el líder resurgió de nuevo. Por unas u otras razones, había atravesado la primera crisis de resultados de la temporada: un punto de los anteriores nueve. No estaba acostumbrada a perder la Real y ayer reaccionó. Seguramente, la salida del charco ha resultado más trabajosa de lo esperado. Osasuna, un equipo que se crece en proporción a la dimensión de su rival, le contestó con los mismos argumentos. Con velocidad, con toque, con buen fútbol. Sólo que esta vez, a diferencia del Madrid en El Sadar, se encontró con una Real que estuvo en el partido cuando había que estar.

REAL SOCIEDAD 2 - OSASUNA 0

Real Sociedad: Westerveld; López Rekarte, Kvarme, Boris, Aranzabal; Karpin, Xabi Alonso (Mikel Alonso, m. 57), Aranburu, Barkero (Gabilondo, m. 90); Nihat (Khokhlov, m. 83) y Kovacevic.

Osasuna: Sanzol; Josetxo, Cruchaga, Mateo, Antonio López; Alfredo, Puñal; Muñoz (Valdo, m. 55), Iván Rosado, Manfredini (Brit, m. 72); y Aloisi (Morales, m. 71).

Goles: 1-0. M. 42. Barkero saca de esquina, Kovacevic remata con el pie cayéndose y el balón da un bote alto que supera a Alfredo.

2-0. M. 63. Mikel Alonso aprovecha un error de Manfredini en el despeje para batir a Sanzol a bocajarro.

Árbitro: Rubinos Pérez. Amonestó a Mateo, Kovacevic, Aranburu, Manfredini, Nihat y Antonio López.

29.500 espectadores en Anoeta.

Más información
El Valencia ya se parece al campeón

Los donostiarras han jugado mejor esta temporada, sin duda, pero para mantener un liderato hay que saber sobrevivir en ausencia de la chispa futbolística. A Denoueix le obsesiona el buen juego. Lo busca incluso sacrificando algo de efectividad porque entiende este negocio como algo a largo plazo: si inviertes, antes o después te rendirá. Por eso tal vez ahora, que en vez de 90 minutos arrolladores y de total superioridad tiene partidos de más desgaste, cuando surgen situaciones comprometidas sabe resolverlas.

La Real sólo arrasó en los comienzos de los dos tiempos. Desbordó a Osasuna con ese juego tan característico, aparentemente sencillo y directo, usando las coaliciones entre lateral e interior (Aranzabal y Barkero en la izquierda, y Rekarte y Karpin en la derecha), ayudados desde todos los flancos por el ferrari Nihat. Normalmente a Kovacevic le basta con poner la cabeza, marcar los tiempos y levantar los brazos, pero ayer ese momento se hizo de rogar.

Osasuna se mimetizó en Anoeta y copió las virtudes realistas. En un derby regional ejemplar, sin violencias y con el deseo mutuo de llegar a un buen fútbol, el equipo de Javier Aguirre buscó a Iván Rosado. Lo usó de faro y, en conexión con el omnipresente Alfredo, buscaron los huecos de la Real.

La Real Sociedad se sentía distraída. Bien por la tensión a la que le someten el Real Madrid y el Valencia; bien por las razonadas aunque mal gestionadas decisiones arbitrales desfavorables de las últimas semanas; bien por el ir y venir de jugadores importantes en las alineaciones, el equipo de Denoueix se desorientó.

Necesitaba a Xabi Alonso, el hombre que generalmente pone a cada uno en su sitio, el que maneja la palanca de cambios. Pero él sólo utilizaba una marcha corta. Le falta rodaje para volver a recuperar las sensaciones de antes de la lesión y la relesión. Sus tres saques de esquina lo revelaron todo. No acertó a elevar el balón ni un palmo.

Tuvo que llegar un saque de esquina desde el otro lado para que Barkero colocara la pelota en el área pequeña y el inevitable Kovacevic marcara el primer gol. Si hace una semana la Real maldecía su suerte por el gol de Filipescu a la remanguillé, ayer el mismo lamento puede corresponder a Osasuna.

El gol animó a los dos equipos. A Nihat, que en lo poco que apareció daba una sensación de peligro constante, le dieron metros y Osasuna, como tantas otras veces, amagaba y no remataba. Alfredo, tan pequeño e incontrolable, estaba en todos los sitios donde se mascaba algo, pero no le acompañaban quienes se supone que deben terminar las jugadas. El eterno mal de Osasuna.

Esta vez no apareció Manfredini, al que se le esfumaron las ansias del debut. No hizo un gol como el de la semana anterior, pero sí colaboró en otro. En un balón que caía desde lo alto al área de su equipo, efectuó mal el despeje y se lo entregó a Mikel Alonso, recién ingresado en el campo en sustitución de su hermano. Todo quedó en bandeja para el 2-0.

Osasuna ya vio un muro demasiado grande como para batallar más en Anoeta. La Real tampoco se preocupó demasiado por lo que quedaba. Más se fijó en un asunto pendiente, en Rubinos Pérez. No por él en concreto, sino por la fijación que ha entrado en la Real por los arbitrajes. Al final, ganan o pierden los futbolistas. Y los de la Real han vuelto a enderezar el carril del liderato.

Alonso, el otro

Xabi Alonso, el internacional, la joya de la Real Sociedad, volvió al equipo. Era la noticia que esperaban en Anoeta para recuperar el rumbo perdido. El organizador, sin embargo, necesita tiempo. Desde diciembre los tobillos no le dejan tranquilo. No importa. La Real tiene otro Alonso en la recámara. Más desconocido, poco usado por Denoueix esta temporada (tres partidos), con menos clase, pero que sirve en ciertos momentos.

Mikel Alonso, hijo también del ex entrenador realista Patxi Alonso, tomó el relevo a su hermano menor y seis minutos más tarde marcó el segundo gol en el momento en que más estaba sufriendo la Real.

Algo más de un año mayor que Xabi, Mikel se ha tenido que ganar el puesto por otros cauces e incluso pasó un tiempo por el Athletic. No destaca por el toque y la capacidad de organizar, sino por un fútbol más pulmonar e industrioso. Este año apenas ha tenido sitio. Debutó unos minutos testimoniales en el primer partido de la Liga, pero desapareció hasta la semana pasada

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_