El Atlético pierde el norte en Huelva
Los rojiblancos se ciegan con el árbitro y, expulsado Nagore y espeso Luis, acaban goleados
Suele ocurrir que quien confunde al enemigo lo acaba pagando. Le pasó ayer al Atlético, que empezó jugando contra el Recreativo, el rival verdadero, y, de pronto, llegado un punto del partido, se puso a pelear con el árbitro, el adversario imaginario, el que de todas todas no lo era. Y de la distracción se aprovechó el Huelva, que se metió en el encuentro cuando el Atlético ya estaba fuera, mirando sin sentido al del silbato, y se pegó un homenaje. Anotó tres goles, además muy grandes, y puso al Atlético de rodillas, humillado por un equipo pequeño que ha sabido tomarle este año la medida y sacarle de quicio con muy poco.
De la responsabilidad del naufragio no se libra ninguno de los rojiblancos, ninguno. Pero a la cabeza del reparto de culpas aparecen dos nombres, Nagore y Luis Aragonés. El centrocampista fue el jugador que con más tozudez se confundió de enemigo, el que con más descaro abandonó el partido y se metió en la cabeza una absurda y nociva teoría de conspiración arbitral. Y acabó expulsado por dos amonestaciones, la suma de una entrada estúpida por detrás y, dos jugadas más tarde, de unas protestas tan insensatas como innecesarias.
RECREATIVO 3 - ATLÉTICO 0
Recreativo: Luque; Merino, Iker Begoña, Loren, Pernía; Javi García (Q. Romero, m. 63), Camacho, Viqueira, Benítez (Arpón, m. 86); Joaozinho (Xisco, m. 56) y Raúl Molina. Atlético: Esteban; Contra, Coloccini, Hibic, Sergi; José Mari, Nagore, Jorge (Stankovic, m. 60), Movilla, Luis García (Javi Moreno, m. 53); y Fernando Torres (Dani, m. 76). Goles: 1-0. M. 66. Molina abre para Quique Romero, que marca de volea. 2-0. M. 83. Xisco controla en recorta y bate a Esteban de fuerte zurdazo. 3-0. M. 85. Benítez tira un sombrero a Coloccini y bate a Esteban con un tiro curvado. Arbitro: Pino. Expulsó a Nagore (m. 63), por doble amonestación, y a Raúl Molina (m. 75), por agredir a Contra. Amarilla a Pernía, Merino, Xisco, Lucas Alcaraz, Jorge, José Mari, Coloccini y Sergi. 19.000 espectadores en el Nuevo Colombino.
No tardó ni dos minutos el Recreativo en meterse los puntos en el bolsillo. Advirtió que el Atlético había perdido un hombre y el norte de una sola tacada y se decidió a aprovecharlo. Fue Raúl Molina el más listo en apreciar que a su equipo le había llegado su momento. Y, así, le dejó primero un balón de oro a Xisco para que lo empotrara en el larguero, y un minuto después le dejó otro servicio mágico a Quique Romero para que conectara la volea de su vida.
Cuando Luis Aragonés quiso levantar al Atlético ya era tarde. No en vano el técnico ya había contribuido a enredar a los suyos con lesivas sustituciones. Mermó el equipo con la de Luis García por Javi Moreno (m. 53) y se cayó otro poquito cuando Stankovic entró por Jorge (m. 60). Cuando la expulsión de Nagore, mientras Alcaraz movió ficha con acierto, el entrenador atlético, en cambio, se quedó quieto. Y después, cuando tocaba atacar para nivelar el marcador, cuando además la tarjeta roja de Raúl Molina había devuelto la igualdad numérica al duelo, Luis Aragonés mandó a la ducha a Fernando Torres. Salió Dani (m. 76) y el Atlético ya no hizo otra cosa que el ridículo y encajar goles.
Es evidente que Luis Aragonés conoce la plantilla que maneja, pero día a día se encarga de aparentar lo contrario. Con tanta insistencia se deshace del Niño cuando el Atlético necesita goles que la cosa empieza a sonar a provocación. Torres no es aún el futbolista que será, pero sí lo mejor que habita en la plantilla. Es un problema constante para el rival y un motivo de esperanza, casi el único, para su equipo, que sabe que, a la que le estás perdiendo la fe, va y te aparece con algo grande.
Pero, sin el Niño en el campo, lo que apareció con mayúsculas fue el Recreativo, que se emborrachó de felicidad con dos golazos de bandera. Magnífico el de Xisco, por la utilidad de su recorte y la violencia de su remate, y sublime el de Benítez, por el sombrero inicial que le tiró a Coloccini y por el globito con el que batió a Esteban.
El Atlético, que no había sido mucho durante la primera mitad, pero sí mejor (Coloccini envió un balón al larguero), se desplomó en la segunda parte. Se confundió de rival y perdió los papeles. Y el Recre, que ya le conoce, que esperaba su momento para entrar de cabeza en el encuentro, se lo restregó con saña.
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