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El Gobierno apenas ha tratado el 3,5% de las 19.500 toneladas de fuel recogidas

Una planta de Medio Ambiente en el Puerto bilbaíno permite reciclar el 67% de residuos Los residuos de fuel recogidos en las playas vascas suman ya 1.780 toneladas

El Gobierno vasco ha tratado poco más del 3,5% del fuel del Prestige recogido por los arrantzales en el mar, que hasta ayer rondaba las 19.500 toneladas. El Departamento de Medio Ambiente tiene dispuesta desde el pasado mes de diciembre una planta de tratamiento en el Puerto de Bilbao, pero hasta ahora las tareas se han centrado en almacenar la incesante llegada del chapapote recogido por los barcos vascos.

Desde el pasado jueves, Medio Ambiente ha duplicado la capacidad de la planta y calcula que en tres meses finalice el tratamiento de las 19.500 toneladas almacenadas, según afirmó ayer el director de Calidad Ambiental del Ejecutivo autónomo, Tomás Epalza.

El área donde se deposita el chapapote ocupa tres hectáreas y ha sido cedida por el Puerto de Bilbao. Son terrenos ganados al mar que tendrán un uso industrial, pero que aún no cuentan con destino. "Pueden estar, si hace falta, seis meses o un año", apuntó el presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, José Ángel Corres. Ésta es la principal incertidumbre de los responsables del Gobierno: saber cuándo terminará la llegada del chapapote, que ahora se traslada a esta zona habilitada en barcos procedentes de Santurtzi y Zierbena, pero mayoritariamente en camiones. "Ahora llegan entre 50 y 60 camiones diarios", apunta Epalza, procedentes de los siete puertos donde los arrantzales han depositado la herencia tóxica del Prestige: Hondarribia, Pasaia, San Sebastián, Getaria, Ondarroa, Lekeitio y Bermeo.

En las distintas fases del proceso de tratamiento trabajan entre 150 y 200 personas. El trabajo de desinfección es simple: el fuel que llega se calienta hasta casi 90 grados centígrados y se logra valorizar el 67% del residuo, que se lleva a la refinería de Petronor en Muskiz, a cuatro kilómetros, para incorporarlo como materia prima en su proceso de producción.El 37% restante del residuo no se puede reutilizar, al estar mezclado con otros desechos. Por ello se envía a un gestor autorizado que, tras inertizarlo, lo deposita en un vertedero. "Ésto es parecido al proceso de preparar unos churros. Lo más sólido queda arriba", explica el director de Calidad Ambiental. El proceso de calentamiento expulsa gases cuya toxicidad es perceptible a escasos metros. Por eso, los trabajadores, que operan 24 horas los siete días de la semana en turnos de nueve personas, están pertrechados con máscaras de respiración y trajes blancos para la impregnación del chapapote.

Hasta ayer, de las 19.500 toneladas almacenadas, se habían trasladado a Petronor cerca de 400 y otras 300 que no se pueden recuperar han ido al tratamiento de inertización. Medio Ambiente asegura que, con la ampliación de la planta, a partir de ahora se pueden tratar entre 250 y 300 toneladas al día, "con lo que necesitaríamos tres meses para procesar lo que tenemos aquí almacenado".

Ampliar el área

Lo más espectacular de la instalación son los innumerables contenedores con los restos de fuel, a los que han ido acompañando grandes bolsas (big-bags) de una tonelada en los que ahora llega el chapapote. El Gobierno ha tenido que ampliar el área de almacenamiento, que un mes atrás se había calculado para 3.000 toneladas. Dado que los grandes sacos llegan en algunos casos rotos se ha decidido instalar capas de bentonita (un material impermeable) sobre el que se deposita el fuel. Ahora se están habilitando unas piscinas para ubicarlos.

El consejero de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, destacó que el Gobierno "acertó al establecer la prioridad absoluta de la recogida de fuel en el mar". La consejería resaltó que este proceso es "un ejemplo de una correcta aplicación de tratamiento de residuos, pese a tratarse de una situación de emergencia".

Un total de 40 embarcacniones recogieron ayer 123 toneladas de chapapote en las costas vascas. Los regueros del fuel se localizaron en cinco puntos: a diez millas del cabo de Ogoño, en Urdaibai; a 15 millas de Matxitxako; a diez del Abra; a ocho de Lekeitio y una milla de Zumaia.

En las playas el impacto fue bajo y se recogieron casi 12 toneladas, cuando en una jornada se han llegado a recuperar 250 toneladas. Hasta ahora se han retirado de los arenales un total de 1.780 toneladas de residuos impregnados de fuel, que a diferencia de lo recogido en el mar no van a la planta del Puerto de Bilbao. "Lo que tiene poca impregnación va a vertederos de residuos sólidos y lo más impregnado, a una planta de inertización y luego a vertederos de residuos no peligrosos", señala un portavoz de la comisión interdepartamental sobre la marea negra.

El Ayuntamiento de San Sebastián decidió ayer abrir las playas de la ciudad al bajar la llegada de residuos, pero mantiene la prohibición del baño. El PSE volvió a pedir la comparecencia del Gobierno en el Parlamento para que informe de la situación de los vertidos.

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