Blair y Berlusconi advierten a Irak de que su posición no ha cambiado

Los primeros ministros de Italia, Silvio Berlusconi, y del Reino Unido, Tony Blair, advirtieron ayer a Sadam Husein de que el mundo mantiene intacta la voluntad de desarmarle. Al término de un encuentro en Roma, ambos dirigentes definieron su posición común como un esfuerzo a favor de la paz y no de la guerra.

"El que quiere la paz se prepara para la guerra", dijo Berlusconi en latín. "No queremos la guerra; nadie la quiere", dijo Blair. "Pero nos hallamos ante un dilema moral: si no logramos desarmar pacíficamente a Irak, ¿en qué posición quedará la ONU?". Ambos se mostraron seguros de que una nueva resolución permitirá un consenso para el ataque.

La cumbre quedó monopolizada por la cuestión iraquí, aunque los dos dirigentes firmaron un par de acuerdos sobre defensa y seguridad e inmigración. Fue un breve encuentro que permitió al líder laborista saborear un poco de armonía, lejos de la presión del Reino Unido, donde su popularidad ha descendido, y reforzar su posición en vísperas de la entrevista de hoy con Juan Pablo II, opositor a esta guerra.

Berlusconi, también con la opinión pública en contra, se preocupó de recordar que se han intentado y se intentan otras vías para superar la crisis. "Hemos propuesto el exilio a Sadam, pero también sería posible evitar la guerra si en el plazo de un año el régimen se transformara en una democracia", dijo. Pese a estos esfuerzos a favor de la paz, "se tiene de nosotros una idea errónea, se nos ve como partidarios de la guerra, y no es verdad". El primer ministro italiano culpó de ello a la "desinformación" que han producido las manifestaciones pacifistas del sábado, y acusó a "muchos medios de comunicación" de ser los últimos responsables de esta "distorsión".

Críticas a los pacifistas

"Se ha hablado de 100 millones en las calles, cuando, según los datos de que disponemos, había menos de 10 millones", dijo Berlusconi. Y en cuanto al contenido de la protesta, "se ha comparado a Bush con Hitler; a mí, con Mussolini, y se ha presentado a Sadam como un líder árabe estupendo", añadió.

Blair defendió su posición con mesura salvo cuando se le preguntó, a la vista del rechazo de la opinión pública, si no se ha planteado que puede estar equivocado. El líder británico respondió con un alegato apasionado de las razones que le han llevado a alinearse contra Sadam. "Admito que puedo estar equivocado en muchas cuestiones", dijo, "pero estoy obligado a tomar una decisión. Lo que querría es que la gente viera también el otro lado del problema, y es que si dejamos que Sadam mantenga sus armas de destrucción masiva, éstas estarán a merced de los terroristas, con las tremendas consecuencias que eso puede tener. Sin contar con la terrible situación del pueblo iraquí, un país con cuatro millones de exiliados".