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AMENAZA DE GUERRA

Aznar prepara con Bush la segunda resolución para el Consejo de Seguridad

Fox esquiva el envite del presidente del Gobierno para que se sume a la alianza con Washington

El presidente mexicano, Vicente Fox, ha esquivado las gestiones de José María Aznar para conseguir que se sume a la posición de Estados Unidos sobre la guerra contra Irak, pero el presidente del Gobierno español quiere seguir en primera línea, con Washington, para forjar un acuerdo internacional que pueda ser asumido por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. España pretende copatrocinar la nueva resolución con EE UU y Reino Unido. Aznar conversa desde el viernes (madrugada de hoy en España) con George Bush en el rancho de éste en Tejas.

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El propio Aznar confirmó el viernes en México la naturaleza de las gestiones que realizó ese día y que proseguirá hoy en el rancho de Crawford, el miércoles próximo en París -donde se entrevistará con el presidente, Jacques Chirac-, y el jueves y viernes en Madrid, como huésped del primer ministro británico, Tony Blair.

"El momento actual consiste en forjar el máximo consenso posible. Lo hemos hecho en la UE y en la Alianza Atlántica, y lo estamos haciendo en el Consejo de Seguridad", dijo Aznar cuando una periodista mexicana le preguntó si creía que era el momento adecuado para visitar el país y celebrar un encuentro que a Fox le resultó evidentemente incómodo.

"Nos parece esencial que la crisis se siga tratando en el Consejo de Seguridad, y nos parece muy deseable que haya una segunda resolución. Queremos una segunda resolución del Consejo, y estamos dispuestos a participar en su promoción", añadieron ayer fuentes gubernamentales.

El presidente de México, en cuyas manos está uno de los nueve votos que EE UU necesita para que el Consejo de Seguridad apruebe la nueva propuesta, soporta una fuerte presión de su opinión pública para que no cambie la posición que ha mantenido hasta ahora: más tiempo para los inspectores y rechazo de decisiones unilaterales y de cualquier ataque no sancionado por el Consejo.

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La callada del mexicano

Requerido por Aznar para una entrevista que ha herido a muchos mexicanos en su sentimiento nacional -debido a que el jefe del Gobierno español se ha pronunciado, como Bush, por plazos breves y por la tesis de que la resolución 1.441 ampara ya un eventual ataque-, Fox optó el viernes por la callada. Se fotografió con Aznar y le recibió a cenar, pero no accedió a comparecer junto a él ante la prensa y se refugió en un breve comunicado.

La declaración mexicana sólo aclara que México y España comparten el consenso mínimo que la comunidad internacional ha reiterado en las últimas semanas, a saber, que el objetivo común es desarmar a Sadam Husein y que el Consejo de Seguridad debe canalizar el proceso para lograrlo por la vía pacífica.

En la rueda de prensa que ofreció en la madrugada del viernes en la capital, en vista de que la presidencia mexicana no aceptaba ni la declaración verbal de los dos presidentes ni el comunicado conjunto que la parte española hubiera deseado, Aznar insistió en que "no hay nada anormal en que dos países amigos como España y México, que además se sientan los dos en el Consejo General de la ONU, hablen en una situación como ésta. Lo anormal sería que no lo hicieran".

"Cualquier otra interpretación que se dé de esta reunión, que ha sido un intercambio de opiniones entre dos países y dos amigos, está fuera de lugar. Está fuera de lugar pretender que aquí ha habido algún tipo de presión. Ni el presidente Fox la aceptaría ni a mí se me ocurriría", añadió.

Los portavoces españoles introdujeron ayer, además, un nuevo énfasis en el deseo de que la crisis no salga del ámbito del Consejo de Seguridad, reiterado por Aznar desde que abordó, hace tres semanas, su primer debate parlamentario sobre la crisis iraquí. "El Consejo de Seguridad es el responsable del mantenimiento de la paz y de la seguridad internacional. Este es el mensaje que el jefe del Gobierno transmitirá hoy al presidente estadounidense", dijo ayer uno de los colaboradores de Aznar. No puede hablarse, sin embargo, de un cambio de posición española. A la pregunta de si España se abstendría de apoyar un ataque no cubierto por una nueva resolución de la ONU, las fuentes del Gobierno responden que ahora es el momento de hacer avanzar la segunda resolución y que el resto se verá en su momento.

En cuanto al contenido de la iniciativa, las fuentes afirman que aún no hay ni siquiera un primer borrador, y se muestran imprecisas. Según un miembro del Gabinete de Aznar, el objetivo es "reforzar la presión" sobre Sadam Husein para que se desarme, sin centrar el problema en los plazos, pues lo esencial es que demuestre voluntad de cooperar.

Difícil unanimidad

Se trata, además, de "fortalecer el consenso" y extenderlo lo más posible, aunque con la convicción de que "va ser muy difícil que se repita la unanimidad" con que el Consejo aprobó, el pasado noviembre, la resolución 1.441. Hay que entender, pues, que se trata de evitar el veto que en algún momento ha sugerido Francia y de buscar al menos los nueve votos necesarios para aprobar la nueva resolución.

Junto a las citas pendientes para la semana próxima, Aznar tiene previsto telefonear el domingo al presidente ruso, Vladimir Putin. El jueves habló con Mohamed VI de Marruecos y con Blair, justo antes de iniciar el viaje a México. También ha escrito cartas a los mandatarios de Siria, Egipto, Jordania y Arabia Saudí, con los que conversó por teléfono la semana pasada.

En un discurso que pronunció ayer en el Houston Club, Aznar, que antes había agradecido a Fox su cooperación contra ETA, destacó la amenaza terrorista como el primer elemento de las relaciones entre España y EE UU. "Para españoles y americanos", dijo, "es una lucha común en la que todos los terroristas, sea cual sea su origen o su pretendida justificación, nos encontrarán juntos". Antes de encerrarse con George Bush en el rancho de Crawford, el presidente del Gobierno visitó a Bush padre en Houston.

Aznar, en el momento de su llegada al aeropuerto de Ciudad de México.
Aznar, en el momento de su llegada al aeropuerto de Ciudad de México.AP

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