El Gobierno se niega a comparecer en el Congreso antes de la sesión de la ONU
El PSOE mantiene su posición contraria a un ataque a Irak "con o sin resolución"
El Gobierno rechazó ayer la propuesta de la oposición de convocar un pleno del Congreso para la próxima semana en el que se someta a votación su posición en el Consejo de Seguridad de la ONU. El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, argumentó que ningún país ha anticipado su posición para no ir "atado" a esa reunión. Además, Rajoy estima que un pronunciamiento contrario a la intervención en Irak resta efectividad a la presión sobre Sadam Husein. El PSOE se opondrá en cualquier caso a una intervención armada y tratará de que toda la oposición suscriba una resolución en ese sentido.
Rajoy compareció ante los medios de comunicación, tras el Consejo de Ministros que él presidió en ausencia del presidente, José María Aznar, poco después de hacerse pública la iniciativa de todos los grupos de la oposición. Éstos reclaman al Gobierno una nueva comparecencia en el Congreso con el mismo formato de la sesión del pasado martes en que, tras el debate y las consiguientes réplicas, se sometieron a votación resoluciones de los grupos parlamentarios. La oposición, según explicó el portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, explicó que los requieren la presencia de Aznar para que explique la posición del Gobierno en la próxima reunión del Consejo de Seguridad.
El vicepresidente primero aseguró que la posición del Gobierno sobre una segunda resolución del Consejo de Seguridad de la ONU no está decidida. Y aprovechó para arremeter contra el secretario general del PSOE por ser la "única excepción" en los países europeos que ha decidido su posición contraria a la intervención en Irak. A juicio del Gobierno, un pronunciamiento como el de José Luis Rodríguez Zapatero sólo sirve para que Sadam Husein "pueda pensar que no se van a cumplir las resoluciones de la ONU" y para que "pierda su efectividad la presión de la comunidad internacional para lograr el desarme de Irak".
El vicepresidente reivindicó el derecho del Gobierno a no enseñar las cartas que pondrá sobre la mesa en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, a disponder de un margen de negociación y a no comparecer en la misma "con las manos atadas".
Los debates de Rajoy
Eso sí, el vicepresidente primero se comprometió a que posteriormente haya nuevos debates e ironizó sobre el resultado del celebrado el pasado martes entre Aznar y Rodríguez Zapatero. "Al Gobierno le conviene que haya el mayor número de debates posible; en lo que tengo serias dudas es que a la oposición le convenga que ésto sea así".
Rajoy trató de salvar la cara de la ministra de Exteriores, Ana de Palacio, por su intervención del pasado viernes en el Consejo de Seguridad de la ONU, también criticada en las filas del PP. Señaló que coincidía "con el fondo de la intervención" de la ministra.
Pero la oposición sí quiere debate antes de que se celebre la reunión del Consejo de Seguridad. La pregunta que quiere hacer a Aznar es la misma que formuló la pasada semana: "¿Cuál va a ser la posición del Gobierno de España en el Consejo de Seguridad?". En esto la oposición sí esta unida. Otra cosa será lo que cada cual votará, si es que hay ocasión, respecto a una intervención militar. PSOE, IU, PNV y Grupo Mixto se opondrán en todos los casos. CiU todavía no ha cerrado ninguna puerta aunque de momento continúa con la exigencia de que el Gobierno de España se separe de la Administración de Bush y busque una solución para el desarme de Sadam Husein sin guerra.
Caldera indicó ayer, tras anunciar la presentación de solicitud de un nuevo debate en el pleno del Congreso, que trabajará para que toda la oposición suscriba una resolución conjunta en la que pida al Gobierno que en esa reunión del Consejo de Seguridad defienda el no de España a la guerra.
En el PSOE no hay duda de que se mantendrá esta posición "con o sin resolución de la ONU a favor del ataque", indicaron en la ejecutiva federal. Esta es la posición de Rodríguez Zapatero desde hace semanas y que ya comparte toda la dirección.
Semanas atrás, algunos dirigentes socialistas tuvieron alguna duda respecto a sí debian mantener esa posición "hasta el final", es decir incluyendo si Naciones Unidas autorizaba la guerra. Rodríguez Zapatero, Caldera y José Blanco, el secretario de Organización, siempre apostaron por rechazar el ataque. Si Naciones Unidas autoriza la ofensiva, el PSOE "acatará pero no lo defenderá y lo seguirá criticando", anticipan en la ejecutiva federal como decisión firme.
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