Detenido en Venezuela el líder de la huelga que desafió a Chávez
Un juez le imputa cargos de traición a la patria y rebelión civil
El presidente de la principal organización empresarial de Venezuela, Fedecámaras, Carlos Fernández, fue detenido la noche del miércoles, acusado de traición a la patria, rebelión civil y otros delitos, por su actuación como dirigente de la huelga general que paralizó parcialmente al país durante 63 días. La detención, ordenada por el titular del Juzgado 34 de Control, Maikel Moreno, fue ejecutada por la Disip, la policía política venezolana.
Una medida similar pesa sobre el presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, quien informó a varios medios de comunicación que no permitirá su captura y continuará dirigiendo el sindicato "desde la clandestinidad". La coalición de la oposición, Coordinadora Democrática, convocó a diversas acciones contra lo que consideran una escalada autoritaria del Gobierno de Hugo Chávez. En varias zonas de Caracas hubo batir de cacerolas, y numerosos automóviles transitaban con las luces intermitentes. Varios centenares de personas se reunieron para reclamar la libertad del dirigente patronal.
Las medidas judiciales contra los dos principales líderes de la huelga general de diciembre y enero se producen después de que el presidente Chávez hiciera varias exhortaciones a los fiscales y jueces para que actúen por los enormes perjuicios que, según el Gobierno, le causó a la nación la paralización de su aparato productivo, especialmente la industria petrolera. "Anoche, por fin actuó un juez", dijo Chávez. "Me acosté con una gran sonrisa en los labios". "Vienen más detenciones; hay una lista de más de 20 personas, incluyendo dueños de medios de comunicación y periodistas", aseguró el diputado Henry Ramos Allup, presidente del opositor partido socialdemócrata Acción Democrática, el más grande de la Coordinadora.
A Fernández y Ortega se les acusa también de instigación a delinquir, por los llamamientos que hicieron durante la huelga a cerrar autopistas y calles e interrumpir las actividades de industrias y servicios básicos. De la misma manera se les imputa el delito de "agavillamiento", que se refiere a la asociación de varias personas para actuar en contra de otros. El delito de traición a la patria es uno de los más graves que contempla la legislación venezolana, con penas que pueden llegar a 25 años de cárcel.
Fernández, de 52 años, nació en España pero tiene la nacionalidad venezolana. Ocupa el cargo de forma accidental, pues era el primer vicepresidente de la junta directiva que encabezó Pedro Carmona Estanga, el fallido presidente transitorio que asumió el poder por pocas horas, tras el golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Carmona, que escapó de su arresto domiciliario y solicitó asilo en la Embajada de Colombia, se encuentra fuera del país.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria, envió desde Barcelona un comunicado en el que solicitó que Fernández sea tratado de acuerdo a su investidura "y asegurando que las decisiones judiciales estén rodeadas de independencia, imparcialidad y estricto cumplimiento de las leyes y respeto a sus derechos constitucionales".
La detención de Fernández ocurrió cerca de la medianoche a la salida de un restaurante del este de Caracas, apenas unas horas después de que la Coordinadora Democrática, en un acto transmitido simultánemente por los principales canales comerciales de televisión, hubiera presentado los resultados de la jornada del 2 de febrero, denominada el firmazo. Allí habían indicado que más de cuatro millones y medio de venezolanos han suscrito las planillas para solicitar el acortamiento del mandato de Chávez. Fedecámaras se declaró en emergencia y comenzó a considerar la posibilidad de ir nuevamente a una huelga, aunque esta vez sería sólo por un día, y calificó la detención de "secuestro".
[La ministra de Exteriores de España, Ana Palacio, calificó de "elemento de preocupación" estas detenciones. "Son noticias preocupantes porque entran en flagrante contradicción con un acuerdo firmado el día antes", informa Efe].
El candidato único
La oposición quiere presentar un único candidato capaz de derrotar a Hugo Chávez en una eventual elección presidencial. Todos están de acuerdo en la estrategia, pero no en el nombre. La presentación pública de los más de cuatro millones de firmas se convirtió ayer en un ensayo para el lanzamiento electoral del socialcristiano Enrique Mendoza, gobernador del Estado de Miranda, y una de las figuras destacadas del heterogéneo bloque opositor. Mendoza invitó a los ciudadanos a reunirse en asambleas populares para diseñar un programa de gobierno que permita la reconstrucción nacional, cuando se vaya Chávez. En el acto destacó la ausencia de los representantes del mayor partido de la coalición, Acción Democrática. La pugna no ha hecho más que comenzar.
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