El Gobierno español renuncia a vincular a Sadam con Al Qaeda

Entre el discurso que José María Aznar pronunció en el Congreso el 5 de febrero, mientras el secretario de Estado Colin Powell presentaba sus pruebas contra Irak en el Consejo de Seguridad de la ONU, y el que pronunció el pasado martes, tras las manifestaciones contra la guerra y el Consejo Europeo de Bruselas, había diferencias de tono, pero también alguna de fondo: Aznar ya no vinculó a Bagdad con Al Qaeda, sino con el grupo palestino Hamás.

La vinculación de Sadam Husein con Al Qaeda sólo es defendida por EE UU. Los servicios de inteligencia del Reino Unido, Francia y España admiten que algunos elementos de la red dirigida por Bin Laden han estado en Irak y que un grupo relacionado con Al Qaeda opera en el norte del país, fuera del control gubernamental, pero no han hallado pruebas de que reciban respaldo institucional por parte de Bagdad. Desde hace meses, los informes del servicio secreto español CNI insisten en que la profunda desconfianza histórica entre un partido laico como el Baaz iraquí y el fundamentalismo religioso de Bin Laden hace improbable tal vinculación.

Pese a ello, Aznar afirmó el pasado 5 de febrero en el Congreso: "Caso aparte, por su especial trascendencia, lo constituyen las relaciones de Sadam Husein con Al Qaeda. Abu Musa Al Zarkawi es el responsable de Al Qaeda encargado de desarrollar sustancias tóxicas para envenenamientos masivos. Este terrorista huyó de Afganistán tras la caída del régimen de los talibán, fue cobijado en Bagdad y allí vivió varios meses hasta que se perdió su pista. Algunos de sus colaboradores han sido detenidos recientemente en el Reino Unido y en España. El problema nos afecta y de cerca".

El pasado martes, sin embargo, Aznar ya no aludió a Al Qaeda en el Congreso y menos aún al grupo de 16 argelinos y marroquíes detenidos en Cataluña, ante la aparente inconsistencia de las pruebas esgrimidas contra ellos.

Ya el lunes, en una entrevista con EL PAÍS, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, iniciaba el repliegue. "Para el Gobierno de España, las conexiones de Irak con el terrorismo, no con Al Qaeda pero sí con grupos terroristas, son claras", afirmó.

Al día siguiente, Aznar concretó a qué otros grupos se refería su ministra: "Es un hecho cierto y constatado que han existido vinculaciones a grupos terroristas por parte de Irak. Hamás y otros grupos terroristas han tenido vinculaciones y han sido, en gran medida, encubiertos y financiados por algunos Estados, entre otros Irak". Más adelante, agregó que el régimen de Husein "ha ofrecido recompensas por hacer atentados suicidas", en alusión a la pensión para familiares de terroristas suicidas palestinos.

El problema es que, si se amplía el espectro a los grupos palestinos, el régimen de Bagdad no está solo. Como mínimo, Irán, Siria y Libia pueden ser acusados con tantas pruebas como Irak. Incluso España alberga desde mayo pasado a tres palestinos desalojados de la basílica de Belén a quienes Israel considera terroristas.

Los servicios secretos europeos temen, sin embargo, que la vinculación entre Sadam y Al Qaeda se haga realidad si el primero se siente acorralado. A fin de cuentas, la red de Bin Laden se ha demostrado capaz de esconder a sus líderes y burlar el cerco de EE UU. El mensaje de Bin Laden emitido por Al Yazira, en el que llamaba a los musulmanes a defender Irak de los "cruzados", sería el primer síntoma de esa alianza coyuntural. "A confesión de parte, sobran las pruebas", dijo un ministro español. Podría ser una profecía autocumplida.