Uno de cada 10 residentes en Barcelona es extranjero, el doble que hace dos años

Barcelona se parece cada vez más a las grandes capitales europeas, al menos en cuanto a cifras de inmigración se refiere. Y es que los extranjeros representan ya el 10,7% de la población total de la ciudad, el doble que hace dos años. Durante este tiempo el colectivo de inmigrantes latinoamericanos ha crecido de tal manera que el número de ecuatorianos y colombianos residentes casi se ha triplicado. Paralelamente se ha registrado una mayor distribución de los inmigrantes por todos los distritos la ciudad, si bien es cierto que en Ciutat Vella los extranjeros ya representan el 34,7% de la población.

Hasta hace cinco años los marroquíes y los paquistaníes representaban la cara más visible de la inmigración de Barcelona. Pero ya no es así. El último padrón municipal sitúa al colectivo marroquí como el tercer grupo de extranjeros más numeroso de la ciudad, pero muy por detrás de los ecuatorianos, cuya comunidad ya casi alcanza los 27.000 miembros.

La evolución del número de latinoamericanos en general y de ecuatorianos en particular ha sido implacable. En 1999 los ecuatorianos de Barcelona no eran más de un millar de personas, por lo que su presencia se ha multiplicado por 27 en sólo cuatro años. De hecho, los ecuatorianos son la primera minoría nacional en ocho de los 10 distritos de Barcelona, según el último padrón municipal, que ayer avanzó El Periódico de Catalunya.

La comunidad ecuatoriana ha crecido en 8.900 personas en el último año, la argentina lo ha hecho en casi 5.000, la paquistaní en cerca de 3.800 y la colombiana en 2.813. Si la comparación se hace en porcentajes, la comunidad que más ha aumentado es la boliviana (120%), seguida de la rumana (112%) y la argentina (109%).

Entre los cambios que se están registrando figura una feminización de la inmigración cada vez mayor. Y es que las mujeres ya representan el 47% de los extranjeros residentes en la ciudad.

Por distritos, el padrón demuestra que la inmigración aumenta en todas las zonas de la ciudad, si bien el perfil de los inmigrantes es muy distinto según el precio de la vivienda. De esta forma, los inmigrantes representan el 36% de la población de Ciutat Vella, cuando en los distritos de la zona alta de la ciudad la presencia de extranjeros no supera el 8% de la población.

El caso de Ciutat Vella es especialmente significativo, ya que la presencia de inmigrantes en este barrio se ha disparado en los últimos seis años. En enero de 2001, los inmigrantes representaban el 18% de la población total de este distrito, la mitad que en la actualidad.

Pero el crecimiento de la población extranjera también ha sido importante en otras partes de la ciudad, sobre todo en Sants y el Eixample, distritos que tienen un 12% y un 11% de población inmigrantes. En los dos casos la cifra se ha duplicado en los últimos dos años. El distrito con un menor porcentaje de extranjeros es Horta-Guinardó, con el 7% de población inmigrante.

Por edades, el padrón confirma que los nuevos llegados a Barcelona son jóvenes, con una edad media de 31 años. El 12% de los inmigrantes tienen menos de 15 años y casi la mitad están en el grupo de edad comprendido entre 25 y 39 años. Como ocurre en casi todas las corrientes migratorias, los extranjeros de más de 65 años sólo representan el 2,6% del total de la población inmigrante.

Inmigrantes de lujo

Pero no sólo los nacionales de países desfavorecidos llegan a Barcelona en masa. Ciudadanos de la Unión Europea y también de América del Norte están escogiendo Barcelona como lugar de residencia en cifras nunca vistas. Durante el último año, el número de europeos comunitarios residentes en la capital catalana ha pasado de 16.000 a 22.000. Los países que más ciudadanos han aportado son Austria, Francia, Italia y el Reino Unido. Los nuevos barceloneses procedentes de América del Norte son principalmente de Estados Unidos. En estos momentos viven en Barcelona 1.731 estadounidenses, 500 más que el año pasado. Los canadienses también están llegando a la ciudad, aunque en cifras modestas.