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La NASA estudia si Boeing valoró el riesgo que amenazaba al 'Columbia'

La NASA investiga si los ingenieros de Boeing "desestimaron arbitrariamente" los daños que pudo causar al Columbia el material desprendido del depósito principal de combustible durante el lanzamiento, y han embargado un depósito similar de la empresa para realizar nuevas pruebas.

Un programa informático de NASA llamado Crater predijo "daños considerables", pero Boeing lo interpretó como una "exageración", afirmó ayer el comité que investiga el accidente. Dicho comité confirmó asimismo que el transbordador empezó a perder algunas piezas cuando sobrevolaba California, aunque se desintegró ya sobre Texas.

La hipótesis de que un golpe de una pieza desprendida o de hielo durante el lanzamiento sea la causa del accidente fue la primera que barajaron los investigadores y sigue siendo una de las que merecen mayor atención. La única conclusión a la que ha llegado el comité es que se produjo una rotura en el ala izquierda o en el compartimento del tren de aterrizaje situado bajo dicha ala, por la que penetró aire a muy alta temperatura durante la reentrada de la nave a la atmósfera.Esa perforación la pudo producir durante el lanzamiento el impacto de la pieza que se desprendió del depósito o también un meteorito, o deshechos espaciales mientras el trasbordador estaba en órbita.

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3.656 piezas recuperadas

Las piezas que se desprendieron de la Columbia sobre California podrían aportar información clave, pero son tan diminutas o están tan quemadas que los investigadores no albergan por el momento demasiadas esperanzas. El almirante retirado que dirige el comité investigador, Harold W. Gehman, señala que ya han trasladado 3.656 piezas recuperadas en Tejas al Centro Espacial Kennedy en Florida, de las que han catalogado 2.600.

El análisis realizado por el ordenador Crater alertaba de que el golpe producido por la pieza que se desprendió el depósito principal de combustible pudo perforar más de siete centímetros la superficie del Columbia. Eso equivale a dos centímetros más de profundidad que la capa de losetas de aislamiento térmico, lo cual explicaría la rotura en el lado izquierdo por la que entró el aire a más de 1.600 grados. El revestimiento interno de aluminio se funde a más de 600 grados.

Los investigadores no pueden comprobar a ciencia cierta si el depósito se resquebrajó durante el lanzamiento, porque los depósitos de combustible se eyectan una vez que cumplen su función de lanzar el transbordador. Normalmente se desintegran casi por completo. Los restos pueden caer al mar y la NASA no recuperarlos, de ahí que ahora consideren vital hacer pruebas con depósitos similares construidos por la empresa United Space Alliance, una sociedad formada por los dos pricipales contratistas de NASA, Boeing y Lockheed Martin.

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