El Gobierno iraquí empieza a repartir comida y medicinas para afrontar la guerra

El Gobierno iraquí anunció ayer por primera vez las medidas que ha adoptado para proteger a la población civil frente a una eventual interrupción de los suministros en caso de guerra. "Tenemos suficientes reservas alimentarias almacenadas", admitió el ministro de Comercio, Mohamed Mehdi Saleh. Hace semanas que la población iraquí reconocía estar almacenando comida, haciendo pozos o comprando generadores. Pero las autoridades, en su esfuerzo por transmitir normalidad, habían obviado estas informaciones.

"Tenemos dos planes: por un lado, nos preparamos como si la guerra fuera a ser mañana, y por otro, seguimos con los proyectos normales", declaró el ministro. Según explicó, en los últimos meses se ha adelantado la distribución de las raciones y todo el mundo ha recibido ya los alimentos que le corresponden hasta el próximo mes de mayo. También se ha proporcionado doble cantidad de medicinas a los enfermos crónicos, en especial a aquellos que dependen de píldoras para controlar la tensión arterial u otros problemas relativos al corazón.

"Confiamos en nuestra capacidad de responder a las necesidades del pueblo iraquí", señaló Saleh ante los numerosos periodistas acreditados en Bagdad. Otras medidas adoptadas incluyen la perforación de pozos de agua o la distribución de pequeños generadores eléctricos en los centros comunitarios. El objetivo es suplir el previsible corte en los suministros si Estados Unidos ataca, como hizo en 1991, centrales eléctricas y plantas depuradoras de agua.

Decenas de voluntarios de todo el mundo, entre ellos 18 catalanes, han acudido a Irak como escudos humanos para proteger ese tipo de instalaciones civiles. Las autoridades iraquíes les informaron ayer de que ya han preparado sendos refugios en la central eléctrica y la depuradora de agua de Al Dawra, al sur de Bagdad. En cada uno de ellos hay literas para 20 personas, en los que, llegado el caso, podrían turnarse los voluntarios.

El ministro de Comercio también aprovechó su comparecencia ante la prensa para negar que su país posea laboratorios biológicos móviles y desmentir que su colega de Defensa, el general Sultán Hashim Ahmad al Yabburi Tai, se encontrara bajo arresto domiciliario. El día anterior un diario egipcio y otro británico se habían hecho eco de una información de la oposición en ese sentido.

El general Sultán es uno de los militares más próximos al presidente Sadam Husein. No sólo destacó por su valentía durante la guerra contra Irán (1980-1988), sino que tragó la amarga píldora de firmar la rendición tras su expulsión de Kuwait (1991). Además, una hija suya está casada con Qusay, el hijo menor del líder iraquí y su heredero político aparente.

Según el diario árabe Al Hayat, Sadam Husein habría encargado a Qusay la organización de la defensa de Irak ante la amenaza estadounidense. La misma información aseguraba que todos los comandantes han recibido hace algunos días la orden para que, cuando se produzca el ataque, obedezcan a Qusay sin esperar instrucciones del presidente. El periódico, de capital saudí y editado en Londres, interpreta que Sadam Husein tiene previsto abandonar sus palacios y centros de mando para intentar pasar inadvertido.

En contradicción con esas especulaciones, el presidente iraquí volvió a subrayar ayer que su país no desea la guerra, pero que está dispuesto a luchar en caso de agresión estadounidense. Sadam Husein hizo este comentario al recibir a una delegación parlamentaria rusa, que encabeza el líder del Partido Comunista, Guennadi Ziugánov.

"El pueblo iraquí desea evitar la guerra, pero si Estados Unidos lleva adelante sus planes de invadir Irak, deberá atenerse a las consecuencias", dijo el presidente iraquí a esa delegación, según la televisión local. "Deseamos evitar la guerra, pero no a cualquier precio, y no abandonaremos nuestra independencia, nuestra dignidad y nuestro derecho a vivir y actuar libremente", concluyó Sadam.