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Reportaje:

El coliseo del amigo de Julio César

El Teatro Romano de Cádiz reabre sus puertas tras año y medio de restauración

Los gaditanos y turistas pueden desde esta semana visitar las instalaciones del Teatro Romano de la ciudad de Cádiz, construido en los años 70 o 60 antes de Cristo. Las obras de restauración y conservación que ha desarrollado la Consejería de Cultura en el último año y medio han concluido y permitido la reapertura de este conjunto monumental. La inauguración fue el último acto de la delegada de Cultura en Cádiz, Josefa Caro, quien cesó el pasado martes. Su cargo lo ocupará a partir de ahora la también socialista Bibiana Aido.

El Teatro Romano de Cádiz, ubicado en pleno corazón del barrio del Pópulo -el más antiguo de la capital gaditana-, se construyó en la época del Gades romano, bajo el patrocinio del gaditano Lucio Cornelio Balbo, amigo y consejero de Julio César, y de su sobrino Balbo el Menor. Desde que el coliseo romano fue hallado por el arqueólogo Ramón Corzo en unas excavaciones en 1980, los distintos trabajos posteriores han permitido situar el abandono de esta estructura a finales del siglo III después de Cristo y su saqueo a partir del siglo IV. Sobre sus ruinas se configuró el núcleo de la ciudad medieval.

La Junta ha empleado 18 meses en restaurar el graderío -que tiene forma de semicircunferencia prolongada como una herradura-, limpiar "exhaustivamente" la galería interior de acceso a los graderíos -con seis vomitorios y lucernarios-, que estaba cegada, así como reformar y consolidar los muros y las bóvedas de los restos de este teatro. Según los arquitectos Tomás Carranza y Javier Montero, encargados de la intervención, la galería "es uno de los espacios más fascinantes de la ciudad, por ser una zona de claroscuros en la que la luz marca los ritmos". Ambos profesionales han explicado que el proyecto ha respetado "escrupulosamente" el monumento y su historia. Incluso han empleado las mismas técnicas romanas en las cimbras de madera, la tablazón y la llaga. Una parte desaparecida de la bóveda se ha reconstruido mediante una cáscara de hormigón sobre armazón de acero inoxidable.

Esta primera fase de las obras que, según Carranza, "ha devuelto al monumento una percepción más acorde con su verdadera escala", tendrá su continuación con nuevos trabajos para ampliar el recinto teatral hacia los bajos de un solar contiguo. Asimismo, los técnicos seguirán con las tareas de limpieza e investigación de las ruinas. Con todo, Caro explicó que las instalaciones no volverán a cerrarse al público. La orchestra es la última parte visible del teatro, toda vez que las escenas y el pórtico permanecen sepultados bajo muchas viviendas que están habitadas. Este es el principal escollo que debe salvar la Consejería de Cultura para ampliar en el futuro el teatro.

La Consejería de Cultura prevé señalizar el itinerario del teatro en los próximos días para que los visitantes no precisen de una guía en las visitas, organizadas de 10.00 a 14.00 horas. Para ello, recibirán en la entrada un tríptico que recoge brevemente la historia del teatro y la señalización del coliseo. "Hemos intentado hacer un itinerario mucho más aséptico para que dañe lo menos posible el patrimonio conservado", explicó Caro.

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