_
_
_
_
AMENAZA DE GUERRA | La situación en EE UU
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cambios de régimen

Un diplomático europeo valoró así la intervención del secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, en Múnich: "Una exposición simple de argumentos complejos". No le faltaba razón. El jefe del Pentágono formuló el siguiente silogismo: la certeza de que más pronto que tarde el terrorismo internacional hará uso de las armas de destrucción masiva nos impone la necesidad del ataque preventivo y, por tanto, nos obliga a abandonar todos los conceptos en los que se ha basado la seguridad en el siglo XX. Contra la amenaza global del terrorismo no valen ni la contención ni la disuasión, ni tan siquiera el mínimo error de cálculo que permitía el duelo de fuerzas convencionales de la guerra fría. No podemos, concluyó Rumsfeld, quedarnos "paralizados por un corsé de indecisión ni por el pensamiento del siglo XX mientras se acumulan los peligros".

Más información
Blix presenta hoy ante la ONU el informe que decidirá la guerra en Irak

Con el dominio de la escena que dan una larguísima carrera política y la dirección de grandes empresas, Rumsfeld envolvió su discurso en citas históricas -"la historia es la suma total de cosas que pudieron haberse evitado" (Adenauer), "el amago colectivo no puede proporcionar la seguridad colectiva" (Mackenzie King)- para convocar a los aliados a los funerales del siglo XX y a la inauguración de una nueva era que empieza en Bagdad.

Pero ¿puede EE UU enterrar al llamado siglo americano con su legado de autodeterminación? ¿Destruir las instituciones multilaterales que contribuyó decisivamente a crear como la ONU y la OTAN? ¿Reprochar a Alemania su pacifismo sin ver que es fruto del éxito de su política? ¿Quebrar el proyecto de unidad europea que tanto ayudó a fomentar?

Dos políticos alemanes muy diferentes, Joschka Fischer y Angela Merkel, subrayaron dos formas muy distintas de superación del siglo XX. El ministro de Exteriores señaló que "la gran diferencia" entre las guerras de Kosovo e Irak es que en la primera existía una "estrategia política de fondo: erradicar del continente europeo el nacionalismo étnico". La líder de la oposición democristiana (CDU) advirtió de que la "gratitud" no puede ser la única base de las relaciones bilaterales entre los dos países, cuando buena parte de la sociedad alemana "sólo conoce los horrores de la II Guerra Mundial por los libros de historia".

Estados Unidos está decidido a cambiar por las armas el régimen de Irak, y Rumsfeld llegó a criticar que "los europeos parezcan más preocupados por las víctimas del futuro que por las del presente". Caerá Bagdad, pero ¿cuántos otros cambios de régimen vamos a ver? ¿Cuántos gobiernos europeos e instituciones mundiales saldrán ilesas de esta apuesta? ¿No son ya víctimas del presente? Washington exige a Europa que le acompañe a un viaje a lo desconocido, pero el precio del billete parece demasiado alto.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_