La Embajada española en Bagdad desmantela sus instalaciones y prepara la evacuación
Comienza la destrucción de papeles, discos duros de los ordenadores y disquetes
Destrucción de documentos, limpieza de los discos duros de los ordenadores, quema de disquetes... La actividad de la Embajada de España en Bagdad ayer por la mañana se parecía mucho a un cierre de oficina. Sin embargo, el encargado de negocios, Eduardo Quesada, negó a este diario que su partida fuera inminente, a pesar de que a última hora de anoche anunció a los empleados locales que a partir de hoy no será necesaria su presencia. "Sabe usted más que yo", respondió Quesada a la llamada de esta informadora.
"Aún no he hablado con Madrid y estoy esperando instrucciones", subrayó, visiblemente molesto por el interés en conocer la fecha de su salida de Bagdad. "Tampoco creo que tenga tanta relevancia y pone en peligro la operación de salida, se haga cuando se haga", aseguró.
El diplomático insistió en que la embajada es "una oficina de representación y la función de representación está dejando de ser necesaria". También quiso dejar claro que "no va a producirse un cierre formal, ni una ruptura de relaciones diplomáticas". "Estaré yendo y viniendo", había anunciado a los empleados locales. Quesada aseguró a todos que tratará de hacerles llegar sus salarios.
"Ha sido un poco violento por lo inesperado, pero no tiene por qué ser nada grave", disculpaba uno de los trabajadores, mientras otros interpretaban la decisión como un signo de que un ataque es inminente. "Tal vez sea sólo un mensaje al régimen iraquí de que las cosas van en serio", interpretó un observador.
De entre los países europeos que disponían de embajadas abiertas en Irak, sólo Portugal ha cerrado sus puertas. Las legaciones de Italia, Grecia, Francia y Alemania siguen abiertas. "En el plazo de una semana no va a quedar aquí más que Rusia", dijo Quesada, tras recordar que ha recomendado a todo el que le ha escuchado "que no asuma ningún riesgo". "Ni su profesión ni la mía", dijo a la periodista, "exigen tal grado de compromiso". "Sí, le recomiendo que se vaya cuanto antes", confirmó, al pedirle si era ése el mensaje que estaba transmitiendo.
La colonia española en Bagdad vio al diplomático la noche anterior en una recepción. "A mí no me informó de ningún plan de evacuación ni de la posibilidad de solicitar una ayuda económica", se quejaba una española. Quesada dijo a este diario que esa persona "tiene sus propios planes de salida y no es un objetivo en este país".
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