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El Parlamento de Paraguay cierra el 'juicio político' al presidente

Paraguay ha iniciado la cuenta atrás para el desenlace del juicio político al presidente, Luis González Macchi, en medio de una gran expectación por el todavía incierto resultado del veredicto, que se dictará mañana. En una sesión extraordinaria, el Senado, erigido en tribunal desde el pasado 23 de diciembre, deliberará y decidirá si el mandatario es culpable de los cargos de mal desempeño de funciones y presunta participación en hechos delictivos de los que ha sido acusado, para lo cual deberá reunir al menos una mayoría de dos tercios, es decir, 30 de los 44 legisladores.

Tanto los que están de acuerdo en destituir al mandatario como los que prefieren su continuidad agotan las últimas horas antes de la votación con intensas negociaciones en un intento de captar los votos de los escasos senadores que aún no han adoptado una posición definitiva. "En este momento la tendencia es más favorable hacia el [a la culpabilidad] que hacia el no. Si se produce un voto favorable no va a ser con más de 33 votos, y si se decide que no es culpable la votación no va a tener menos de 29 votos contra el presidente", señaló ayer el senador del opositor Partido Liberal Radical Auténtico Luis Guanes Gondra.

Guanes admitió que aunque él no tiene "constancia directa", sabe que hay negociaciones, principalmente entre los legisladores del gobernante Partido Colorado, para captar los votos que permitan a González Macchi continuar en el poder. Esos contactos fueron confirmados por fuentes del Partido Colorado. "El jueves, durante la sesión en la que se escucharon los alegatos finales de las partes, Duarte Frutos [presidente del Partido Colorado y candidato a la presidencia en las elecciones del 27 de abril] estaba llamando a la gente en el propio Senado para evitar que votara por el juicio político", admitió el senador colorado Diógenes Martínez.

Dejar el poder

A estas alturas del proceso, el objeto de las dudas de los senadores ya no es la culpabilidad o la inocencia del presidente, como admiten sin tapujos los propios parlamentarios, sino determinar si es mejor que el presidente llegue a las elecciones generales para dejar el poder entonces o forzar su salida ahora. La vacante dejada por el ex vicepresidente liberal Julio César Franco tras su dimisión, en octubre pasado, es el motivo de que esté en la primera línea de sucesión el presidente del Congreso, Juan Carlos Galaverna, una figura muy controvertida y criticada por sectores opositores y de su propia formación, el Partido Colorado.

Precisamente desde ese mismo puesto de presidente del Congreso ascendió al poder González Macchi, en 1999, a raíz de la renuncia del entonces gobernante, Raúl Cubas, tras el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña. "La verdad es que se ha distorsionado el juicio, y un proceso que está para juzgar la mala actuación de González Macchi se convierte ahora por intereses en un tema que tiene como centro a Galaverna por intereses personales", dijo Martínez.

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