Tres universidades españolas elaboran 'biochips' con el genoma de la levadura del pan
Conocer la reacción de los genes de la levadura -el principal microorganismo responsable de la fermentación del pan, el vino y la cerveza- a una estimulación externa o a una enfermedad será más fácil a partir de ahora gracias a una colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Complutense de Madrid y la Universidad de Valencia, que han fabricado unos biochips que contienen fragmentos de los 6.000 genes de la levadura.
Los biochips son unas plaquitas, generalmente de vidrio, que llevan pegados fragmentos de miles de genes, identificados por su posición en filas y columnas. Cuando se bañan con un extracto biológico (de una levadura, en este caso), los genes que estaban activos en la levadura iluminan la posición correspondiente en el biochip. Como la plaquita contiene muestras de todos los genes de la levadura, la técnica permite examinar el estado de activación de todo el genoma simultáneamente, y ello en cualquier situación natural o experimental.
El investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Joaquim Ariño explicó ayer que el nuevo sistema "permitirá investigar en apenas 24 horas cómo reaccionan todos los genes de la levadura a una determinada estimulación". Hasta la fecha estas reacciones debían investigarse "gen a gen".
Una posible aplicación consiste en obtener una levadura que reaccione exactamente de la misma forma ante ciertas condiciones ambientales. Esto permitiría mejorar las técnicas de fermentación del vino, por ejemplo, y garantizar que el proceso sea altamente reproducible.
Robot de alta precisión
Los investigadores recordaron ayer que la construcción de biochips de ADN en España se ha hecho siguiendo la misma técnica empleada ya en Estados Unidos y mediante la utilización de un robot que se encarga de la fijación de cantidades muy pequeñas de cada una de las muestras de material genético. "No se trata de un microchip electrónico, sino de un soporte similar al portaobjetos de un microscopio, en el que se ha conseguido colocar parte de cada uno de los más de 6.000 genes de esta levadura", explicó la directora del Servicio de Secuenciación de ADN de la UAB, Anna Barceló.
La extrema precisión del robot permite fijar las muestras sobre un sustrato de cristal, de manera que la muestra correspondiente a cada gen ocupa un lugar específico en una minúscula matriz. La información proporcionada por los biochips de ADN ya tiene numerosas aplicaciones en medicina, como son el descubrimiento de nuevos genes asociados a patologías hereditarias, la detección de las susceptibilidades genéticas a diferentes tipos de cáncer, el seguimiento del impacto de los tratamientos de radioterapia sobre tumores o el estudio de los efectos secundarios de los fármacos.
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