Cientos de toneladas de agentes químicos
El secretario de Estado, Colin Powell, fue muy gráfico cuando explicó el peligro que representan las armas químicas y biológicas en manos de Sadam Husein. Powell mostró a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU un pequeño frasco con sal y dijo: "Menos de un pellizco", y entonces mostró el frasco, "menos de un pellizco de ricina en su comida causaría un shock, seguido de un colapso circulatorio. La muerte se produce en 72 horas y no hay antídoto, no hay curación. Es fatal".
Powell también recordó el efecto que unas "pequeñas cucharadas" de ántrax enviadas en sobres habían tenido en el otoño de 2001 en EE UU, con varios muertos y cientos de personas bajo tratamiento médico. "Irak declaró 8.500 litros de ántrax, pero la Unmovic [agencia de desarme de Naciones Unidas] estima que podría haber producido 25.000 litros. Esta cantidad sería suficiente para llenar decenas y decenas de miles de cucharadas. Y Sadam no ha informado de forma fiable sobre una sola cucharada de este material mortal".
El secretario de Estado enumeró a continuación hasta cuatro testigos directos de que Irak sigue fabricando armas biológicas en fábricas móviles que se pueden ocultar con facilidad. Sin entrar en detalles sobre sus identidades, Powell citó como fuentes a ingenieros iraquíes.
Sobre la base de grabaciones, Powell sostuvo que el régimen de Irak cuenta con una cantidad estimada entre 100 y 500 toneladas de sustancias químicas que podrían servir para aprovisionar 16.000 granadas. "Sadam Husein", afirmó tajante el secretario de Estado, "posee armas químicas y las ha usado. Y Sadam no tiene ningún escrúpulo para volverlas a utilizar contra sus vecinos o contra su propio pueblo". Powell aclaró que el régimen iraquí ha experimentado con armas biológicas o químicas desde el año 1980.
El alto cargo estadounidense recurrió a una fuente no identificada que había señalado que 1.600 prisioneros fueron trasladados en 1995 a una unidad especial para servir como conejillos de Indias en los experimentos de Irak con armas biológicas y químicas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.