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CRISIS EN EL MERCADO DEL DISCO / 2

La canción se impone al álbum como unidad de consumo y creación

La música se comercializará en Internet en una variedad de formatos

Pablo Guimón

En la actualidad, la música se comercializa en discos que contienen la misma docena de canciones en el mismo orden para todos los consumidores. Pero esa idea resulta anacrónica en la sociedad de la información.

Desde hace un tiempo, la unidad de consumo de música tiende a ser más la canción que el álbum. Y la Red es un medio de distribución que puede adaptarse perfectamente a ese nuevo tipo de consumo.

La obra musical presenta la particularidad respecto a otras manifestaciones artísticas de que es fácilmente fraccionable. No suelen hacerse películas que reúnan las secuencias cumbre del género negro, ni libros a base de los mejores párrafos de un escritor. Pero sí triunfan los discos con una selección de canciones del rock o con los grandes éxitos de un grupo determinado. De los 20 discos más vendidos en 2002 en España, cinco son recopilatorios. Igual que ocho de los veinte álbumes más vendidos la semana pasada.

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En los inicios de la música popular los artistas grababan canciones, y luego éstas se agrupaban y se recogían en un disco. A mediados de los sesenta eso dio paso al álbum como unidad creativa, expresada en una serie de temas. El artista creaba álbumes concebidos para que el aficionado los escuchara de principio a fin.

Con la llegada del disco compacto cambió la situación. Con la facilidad de saltar de un tema a otro y la posibilidad de grabar más tiempo seguido de música, los discos cada vez se escuchan menos de principio a fin. En muchos casos, se zapea por los temas hasta descubrir los que más enganchan. El consumo de música ha cambiado y vuelve a centrarse en la canción, lo que supone, paradójicamente, una vuelta al principio de la música popular.

"En el futuro inmediato", anuncia Jesús López, presidente de Universal Music para América Latina y la península Ibérica, "podremos ver productos comercializados en los formatos estándar de 10 o más temas, pero también consumos de canciones individuales, canciones con conexiones exclusivas a páginas web... y muchas otras formas de venta".

Esto puede cambiar la forma de trabajar de los artistas, que grabarían maquetas, las entregarían a la compañía y ésta decidiría qué temas y en qué formatos comercializarlos. Juan Aguirre, del grupo Amaral, dice que su forma de trabajar no tiene por qué cambiar: "Nosotros tenemos la costumbre de grabar las canciones según se nos van ocurriendo. Luego esos temas se agrupan en un álbum, o no". "Revitalizar el concepto de single es bueno", añade Aguirre, "porque entronca con el sentido popular de la música. La canción es lo que la gente recuerda, lo que canta".

Una usuaria, ante la página de Internet de KaZaA, un servicio de intercambio gratuito de canciones.
Una usuaria, ante la página de Internet de KaZaA, un servicio de intercambio gratuito de canciones.BERNARDO PÉREZ

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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