Los múltiples orígenes de Aznar

Algunos nos sorprendimos cuando el presidente Aznar nos reveló su dimensión bilbaína. Pero, pensándolo bien, ya verán ustedes cómo en unos años todo el mundo estará convencido de que, en efecto, Aznar es de Bilbao. Y si no, vean lo que pasó en su etapa en la Junta de Castilla y León: ahora casi todo el mundo está seguro de que Aznar es de Quintanilla de Onésimo, provincia de Valladolid. Pues resulta que no es castellano, es de Madrid, nacido, crecido y madurado.

Los castellanos debemos ser los únicos en el mundo que han aceptado sin rechistar un presidente de su Gobierno que no sea de su región. Imaginen a un Pujol valenciano, un Ibarretxe cántabro. Históricamente (otra cosa tal vez no, pero historia tenemos mucha como "nacionalidad") hemos sido en León y en Castilla de espíritu abierto y universalista, pero lo del presidente madrileño rozó la sumisión y la dejación.

En fin, hay que admirar la habilidad que tiene Aznar de hacerse encajar a sí mismo en las geografías más variadas. Recuerden que ya habla catalán, cualquier día nos sale payés del Baix Llobregat. Quizá sea un mérito y una muestra de espíritu universal. Casi merecería ser castellano.