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LA BARCELONA DEL SIGLO XXI

Ayuntamiento y Generalitat pactan las líneas maestras de la rehabilitación del Born

El acuerdo alcanzado prevé dedicar el recinto a la actividad comercial

Principio de acuerdo sobre qué hacer en el antiguo mercado del Born. La Generalitat, a través del Museo de Historia de Cataluña, se integrará esta misma semana en una comisión técnica, que incluye asimismo al Museo de Historia de la Ciudad y al Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), para establecer el programa de usos del viejo mercado del Born, después que se tomara la decisión política de preservar los restos arqueológicos del siglo XVII.

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Dos miembros de la plataforma pro Born accederán también a esta comisión, que prevé tener redactado en tres semanas un primer programa de contenidos. La proximidad de las elecciones municipales se confabula para desencallar el asunto del mercado del Born, que desde antes de las navidades parecía haber entrado en un letargo. El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Ferran Mascarell, y el consejero del ramo de la Generalitat, Jordi Vilajoana, se han reunido en un par de ocasiones en los últimos días y han pactado unos contenidos de mínimos suficientes para que el Ejecutivo catalán pueda integrarse en el proyecto. Los ejes del acuerdo son dos: el yacimiento del Born debe explicar la imbricación de Barcelona en el resto de Cataluña y plantearse como un homenaje a la centralidad comercial que ha representado el lugar a través de los siglos.

Estas dos ideas de base, pactadas por Mascarell y Vilajoana, permiten echar a andar a las comisiones que han de ejecutar los trabajos. Por una parte, una comisión técnica con representación de los dos museos de historia de la ciudad, el CCCB y la plataforma pro Born fijará los usos que deberá tener el recinto.

Según explicó ayer a este diario Ferran Mascarell desde México -donde se halla de vuelta del Fórum de Porto Alegre para pronunciar unas conferencias-, dentro de tres semanas la comisión debería tener listo un primer documento que luego será validado por un grupo de arquitectos y arqueólogos. A partir de ahí se establecerán las bases del concurso público para adjudicar la obra. Por otra parte, una comisión independiente, coordinada por el museólogo y ex director de las excavaciones de Empúries Jordi Pardo, junto con otros seis técnicos, se encargará de redactar los planes parciales de obra para conservar los restos, la cubierta, etcétera.

Ahora bien, toda esta maquinaria política y técnica espera un papel para ponerse a funcionar oficialmente, un papel firmado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para devolver el Born a la titularidad municipal. "El acuerdo está tomado, es cuestión de días, a finales de mes esperamos tenerlo sobre la mesa", destacó Mascarell. El edil añadió que, en cuanto esto ocurra, el Instituto Municipal de Urbanismo estará preparado para intervenir en dos direcciones. Por una parte, realizará las obras de mantenimiento más urgentes -reparación de filtraciones de agua; colocación de rejas que impidan la entrada de palomas, gaviotas y gatos; reforzamiento de la seguridad en el perímetro del mercado-, y por otra, construirá una plataforma en el lado de la calle de Fusina, que se abrirá de forma inminente para que los ciudadanos puedan conocer el yacimiento antes de las obra definitivas para acondicionarlo.

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En una fase menos avanzada se halla otro proyecto relacionado con el Born: la rehabilitación en el Poblenou de la fábrica Saladrigas, salvada de la piqueta en la calle de Bilbao. En este edificio se estudia alojar una biblioteca de barrio y un casal d'avis en la planta baja, y una exposición permanente en la superior, para mantener viva la memoria del Manchester catalán, según se llamó al barrio cuando las chimeneas de sus industrias todavía humeaban. Ahí es donde entronca el Born. Si el Museo de Historia de la Ciudad, junto a la catedral, explica la Barcelona prerromana y romana, y el Born las artes fabriles medievales y el comercio hasta el siglo XVIII, en la fábrica Saladrigas se completaría el discurso con la Barcelona mecanizada y obrera de los siglos XIX y XX.

Otro gran espacio del Poblenou amnistiado por la piqueta y que la cultura está llamada a llenar de contenido es la fábrica Oliva Artés, dentro del nuevo Parc Central que el arquitecto Jean Nouvel diseña entre la Diagonal y las calle de Marroc, Bilbao y Bac de Roda (véase EL PAÍS de ayer). El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), que proyecta ampliarse, tiene los ojos puestos en ella.

"No hay todavía nada seguro", explica Lepoldo Rodés, presidente del Macba, "pero es cierto que el museo necesita más espacio para otro tipo de actividades". Rodés, con el director del centro, Manuel Borja-Villel, piensa en una operación como la que ha realizado el MOMA de Nueva York con el nuevo espacio llamado PS 1. "Se trata de una nave industrial en la que hay talleres para jóvenes artistas y espacios para exposiciones, performances, etcétera. Ese es el tipo de ampliación que pensamos para el Macba y podría muy bien hacerse en alguna antigua fábrica del Poblenou". Rodés apunta a la Oliva Artés como posible. "Se trataría de una intervención relativamente barata. Pero tal como está el presupuesto del Macba necesitaremos ayuda".

Ideas para la nueva ciudad que surge en la zona de Levante, como se ve, no faltan. Pero realizarlas cuesta dinero, y eso ya es otro cantar.

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