Marruecos y la patronal española celebran que la crisis diplomática no afecte a la relación económica
Cuevas propone un plan de acción para potenciar aún más el comercio y la inversión
Driss Jettu, primer ministro marroquí, y José María Cuevas, presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales Españolas (CEOE), celebraron ayer que la relación económica entre ambos países haya sido prácticamente ajena a las convulsiones políticas.
Jettu confirmó su empeño por normalizar la relación bilateral y convertir a España en un socio aún más importante de Marruecos, al acoger a una delegación de 40 grandes empresarios españoles.
El rey Mohamed VI no recibió a la delegación de la CEOE, que tampoco había solicitado una audiencia, pero se hizo representar en el almuerzo por Fadel Benyaich, uno de sus más destacados consejeros, con lazos familiares con España.
Los vínculos económicos, subrayó Jettu, "son la base sobre la que deben asentarse unas relaciones sólidas" que, la semana próxima, se deberían normalizar cuando se anuncie la reincorporación a sus puestos de los embajadores español y marroquí. La crisis habrá durado 21 meses.
Jettu, al que acompañaron seis ministros, recordó los tiempos en que, cuando en 1997 era ministro de Finanzas, hizo una viaje relámpago a Bilbao para convencer a los directivos de Marcial Ucin de que participasen en la privatización de Sonasid, la principal siderúrgica marroquí.
El ejemplo le valió para poner de relieve su interés en atraer la inversión española. El primer ministro sueña con que, ahora que Latinamérica resulta menos atractiva, las empresa españolas apuesten en mayor medida por Marruecos.
Cuevas se alegró, ahondando en una idea esgrimida por Jettu, de que la relación económica haya "sido un poco ajena" a los "problemas y condicionantes políticos". Prueba de ello, el crecimiento de las exportaciones españolas a Marruecos en un 10% en 2002, el año del conflicto del islote Perejil, mientras las importaciones de ese país aumentaban en un 12,9%.
El presidente de la patronal expuso un plan de acción para estrechar aún más la relación económica. Pidió, por ejemplo, la creación de una "ventanilla única" para evitar que los empresarios que quieran invertir se pierdan por el laberinto de la burocracia. Abogó también por la constitución de sociedades mixtas de pesca "siempre que existan garantías jurídicas y financieras por parte marroquí".
Pero el compromiso de Cuevas fue más allá de lo estrictamente económico. Prometió que su organización lucharía por transmitir "la imagen real de Marruecos al mundo empresarial español" porque en muchas ocasiones esa imagen llega distorsionada.
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