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FOROS DE DAVOS Y PORTO ALEGRE

La amenaza de guerra a Irak marca el debate de políticos, ejecutivos y analistas en Davos

Más de 2.000 participantes de un centenar de países se dan cita en el Foro Económico Mundial

El Foro Económico Mundial de Davos comenzó ayer sus reuniones anuales inundado por una obsesión común: ¿cuándo iniciará el presidente norteamericano, George W. Bush, la guerra contra Irak? Dos mil trescientos participantes de 104 países -presidentes, primeros ministros, banqueros, economistas, periodistas- han llegado a esta ciudad de la Suiza alemana donde cada año intentan discernir las perspectivas económicas, sociales y políticas mundiales. Se aguarda con expectación la llegada del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell.

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La apertura del Foro ha señalado el tema central, más allá de la agenda: ¿Cuándo estallará la guerra contra Irak y cuál será su duración? Ya durante los primeros grupos de trabajo, en la mañana de ayer, antes de la inauguración oficial, la guerra contra Irak emergió como el tema estrella. En un seminario sobre la seguridad coordinado por James Rubin, portavoz del Departamento de Estado norteamericano en la época de Bill Clinton, el debate se centró en un punto: ¿La guerra contra Irak es el prerrequisito de un cambio de la situación para el conflicto árabe-israelí?

Yezid Sayigh, director académico del programa de la Universidad de Cambridge para la seguridad en la sociedad internacional, señaló que la idea de que Irak es la prioridad para luego abordar el proceso de paz en Oriente Próximo era una tontería. "Es para despistar. La situación política en la región es más compleja. Estados Unidos y el Reino Unido quieren provocar la derrota de Sadam Husein, pero nada tiene que ver con la paz en la región", añadió.

Un punto de vista similar expresó Gareth J. Evans, presidente del Grupo de Crisis Internacional (ICG) de Bélgica. "Se ha perdido todo un año desde el 11 de septiembre de 2001 para abordar los problemas que afectan la seguridad mundial. Y no es por la senda que señala Estados Unidos, lo que llamamos el unilateralismo. Es que a veces parece que para EE UU no existe nadie más en el mundo", subrayó.

En los corrillos del salón de conferencias, algunos altos dirigentes del Foro Económico Mundial, gente que se caracteriza por sus contactos, hacían, en privado, sus apuestas. Uno de ellos hizo sus cálculos ante este periódico bajo solicitud de anonimato. "Mire, el calendario es el siguiente: Bush dará la orden entre el 10 y el 12 de febrero, ésa es mi apuesta". ¿De dónde saca esa conclusión? "Hablamos con mucha gente influyente. No es que la guerra sea inevitable, es que Bush ya ha decidido. Dicen, además, que una parte importante del coste se financiará con la venta, a posteriori, del petróleo que se extraerá de los pozos iraquíes. "Y también hemos oído", dicen, "que si los alemanes y los franceses se quedan fuera, no habrá pozos para ellos". ¿No es demasiado simplista todo esto? El alto dirigente del Foro dijo: "No hay más masa encefálica que para eso".

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Ayer, en otro de los grupos de trabajo, el economista Michael Mussa señaló algo de sentido común: "Estados Unidos están concentrando unos 200.000 soldados en la zona. No veo ningún plan de repliegue. Esto no quiere decir que el ataque va a ser el 1 de febrero". Tanto Mussa como Michael J. Johnston, vicepresidente ejecutivo de Capital Group Companies, de EE UU, confían en que será una campaña rápida, de unas tres semanas de duración. "Si la situación se pudre en un escenario parecido al de la guerra de Vietnam, entonces el presidente Bush perderá su credibilidad. El antiamericanismo, que es hoy muy fuerte, sufrirá un incremento y todo ello afectará negativamente a la recuperación económica, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo".

Hay un paralelismo entre lo que los analistas explican aquí como un elemento determinante de la debilidad económica actual y la situación en Oriente Próximo en 1973 y 1974. Por aquella época, la economía internacional incubaba una recesión, en un contexto de gran inflación. La cuadruplicación de los precios del petróleo a raíz de la guerra del Yom Kippur entre Israel y Egipto, en octubre de 1973, descerrajó la recesión generalizada en la economía mundial. Desde entonces, una mayoría de economistas culpan la subida del petróleo por lo que era una recesión clásica.

Hoy, los analistas económicos sitúan la incertidumbre -innegable- que provoca una posible guerra contra Irak -lo que llaman el riesgo geopolítico- como el elemento determinante de la actual debilidad económica mundial. También hoy existen razones que explican esa debilidad sin el factor Sadam. Sobre todo, el estallido de la burbuja especulativa de Wall Street, la lenta recuperación norteamericana y el estancamiento de las principales economías europeas. La guerra contra Irak, en este esquema, sería la guinda.

Para el fin de semana se espera la llegada de dos de los grandes protagonistas del Foro Económico Mundial: el nuevo presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que viajará procedente de Porto Alegre, y el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell.

El presidente suizo, Pascal Couchepin, inaugura el Foro de Davos.
El presidente suizo, Pascal Couchepin, inaugura el Foro de Davos.AP

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