La importación de cereales enfrenta a los agricultores con los ganaderos

Fabricantes de piensos, operadores y ganaderos, por un lado, y los cerealistas, por otro, mantienen posiciones enfrentadas en relación con la política de importaciones de cereales de la Unión Europea (UE). Mientras se reclaman mayores contingentes para importar cereal y pienso a precios baratos, Asaja Sevilla y la Unió de Pagesos denuncian que las entradas de cereal hunden las cotizaciones nacionales.

En diciembre pasado, Bruselas dio luz verde a la importación de un contingente de 2,98 millones de toneladas de trigo de calidad baja y media con un derecho de 12 euros tonelada y otras 350.000 toneladas de terceros países con un derecho de entre ocho y 16 euros tonelada. De esa cifra, 572.000 toneladas se adjudicaron para ventas de Estados Unidos y otras 38.000 toneladas para Canadá. El resto se distribuirá entre otros terceros países, muy especialmente Rusia y Ucrania, que han reclamado mayores exportaciones.

Frente esas posibilidades de importación con arancel reducido, los Estados miembros han solicitado licencias para la importación de 21 millones de toneladas, entre las que destacan los 4,2 millones de toneladas pedidas por España. Para los fabricantes españoles de piensos y los operadores comerciales, esta situación refleja la insuficiencia del contingente de importación abierto por la Unión Europea y la necesidad de que se aumente el mismo. Aunque se considera un objetivo muy difícil de lograr, los fabricantes de piensos siguen reclamando a Bruselas aumentar ese contingente para acceder a estos productos a precios similares a los que están pagando el resto de los fabricantes comunitarios.

Pérdida de competitividad

Según los datos manejados por el sector, el coste para la fabricación de un kilo de pienso en la zona centro española es 0,02 euros superior a Cataluña y entre 0,02 y 0,03 euros más elevado que el coste de fabricación en países comunitarios como Holanda. Estas diferencias, según los fabricantes, suponen una pérdida de competividad para el sector, pero también para los ganaderos frente a los demás países de la UE.

España, según los datos medios de los últimos años, tiene un déficit estructural de cereales pienso y otros productos ganaderos, como soja y derivados, de entre siete y nueve millones de toneladas. En el caso concreto de esta campaña, al margen del contigente con arancel reducido, se esperan unas importaciones de unos dos millones de toneladas de cebada, especialmente alemana e inglesa, casi un millón de toneladas de trigo inglés y otro millón de toneladas de maíz francés, junto a las grandes importaciones de soja y derivados o mandioca.

Para rebajar más los precios de los cereales, España solicitará a Bruselas la apertura de las importaciones previstas de dos millones de toneladas de maíz con arancel reducido.

Los cereales en el mercado español tienen uno precio de entre 0,12 y 0,13 euros el kilo, frente a un precio de intervención de 0,10 euros. En medios cerealistas se reconoce que los precios se hallan en este momento por encima de los niveles de intervención. Pero se estima que la bajada de las cotizaciones oficiales no se ha compensado con ayudas y que es imposible la viabilidad de parte de las zonas cerealistas con rendimientos por debajo de 2.000 kilos por hectárea.