El Nobel murió 'pobre'
La herencia de Camilo José Cela no se ha valorado ni repartido, está hueca de todo contenido material. Cela murió sin un duro en el bolsillo, sin fondos ni patrimonio, sin masa hereditaria que repartir, en definitiva. No tenía capital ni nada a su nombre y así no tenía que responder de las demandas judiciales de reclamación de deuda por impago de dieta de divorcio de su ex mujer, Rosario Conde. En estas circunstancias, el legado hereditario no se puede materializar y se ha de recomponer la masa de la herencia yacente.
El Nobel de Literatura -que montó una industria cultural de sí mismo- era, técnicamente, un insolvente. Los bienes y ganancias del autor de La colmena se dispersaron y ampararon en una pantalla de sociedades y operaciones mercantiles durante sus últimos años de vida y matrimonio con Marina Castaño, tras haber dictado testamento en 1991.
La Fundación Cela de Iria Flavia recibió en vida del autor gran parte del legado bibliográfico y artístico acumulado por el creador de La familia de Pascual Duarte. En el testamento, la entidad recibió otro legado: los libros y manuscritos del hogar familiar. Una asociación ecologista, el Grupo de Ornitología Balear, también fue beneficiada con un solar no edificable en Andratx.
La insolvencia real de Cela ha quedado evidenciada porque los letrados de su primera mujer, Rosario Conde, no han podido cobrar las deudas que acumuló el escritor con ella tras su divorcio, ni anotar embargos sobre bienes para asegurarse el cobro de los 240.000 euros, por impago de la dieta mensual pactada, tras la separación y liquidación de la sociedad de gananciales.
El único hijo del Nobel, el catedrático y también escritor Camilo José Cela Conde, heredero legítimo de las dos terceras partes de la herencia -el otro tercio corresponde en usufructo a Marina Castaño-, no ha actuado aún para resarcirse proporcionalmente sobre la masa real del legado patrimonial.
Camilo José Cela no dejó nada en el testamento a su único descendiente, porque le consideró "totalmente pagado" en sus derechos con la mitad del cuadro rasgado de Joan Miró que sus padres le habían regalado en vida, al separarse. Cela Conde será el heredero del marquesado de Iria Flavia, título que otorgó el Rey a su padre.
Sin embargo, el Nobel, sin bienes propios ni saldos a su nombre, no era pobre ni permanecía en la indigencia, consta que estaba a sueldo de su segunda esposa, Marina Castaño, que administraba desde 1997 la empresa Letra y Tinta, marca que en exclusiva había adquirido los derechos e imagen del literato a una anterior firma común, Palabras y Papeles de 1996.
La compañía que administraba Castaño anotó en sus cuentas públicas en el registro que asumían una carga de créditos pendientes por valor de 780.000 euros, la mayor parte de esta deuda atribuida a Planeta por la obra premiada La cruz de san Andrés. En los balances de 2000 la sociedad movió un millón de euros.
La casa familiar Cela-Castaño de Puerta de Hierro de Madrid, el patrimonio concreto más importante -al margen del global de los derechos de autor-, resultó apartada del testamento y del patrimonio compartido. La mansión figuraba que había sido adquirida individualmente por Marina Castaño, por un valor de más de 600.000 euros, pocos días después de que el matrimonio disolviera su sociedad de gananciales, su fondo económico común.
El letrado del hijo, Miquel Capellà, ha consignado en el año transcurrido desde la muerte del escritor el rastro de las actividades societarias y patrimoniales. El representante de Cela Conde ha indagado si en las compañías tejidas desde que Cela testó puede haberse minusvalorado en transmisiones internas o presuntamente ficticias la herencia final, en detrimento de los legítimos herederos.
El relato y valor final de la herencia, según la tesis de Capellà, queda pendiente de la elaboración del "cuaderno patrimonial" por parte de los tres contadores repartidores que Cela designó en su testamento: el rector de la Universidad de Santiago de Compostela, Darío Villanueva; el alcalde de Padrón, Jesús Villamor, y el ejecutivo bancario Ángel Rodríguez. Este núcleo de confianza tiene prevista una próxima reunión, la primera que celebrarán para evaluar la situación de la herencia.
Babelia
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