La huelga de ambulancias lleva al colapso al mayor hospital público de Navarra
Cervera ofrece analizar la reestructuración del sector si se desconvoca el paro
La huelga de ambulancias en Navarra, que hoy cumple su décimo día, ha comenzado a colapsar la red hospitalaria pública y amenaza con retrasar el calendario de intervenciones quirúrgicas. Los huelguistas, que sólo cubren las urgencias, se han negado a trasladar a sus domicilios a pacientes que habían recibido el alta médica y precisaban para su transporte camillas o sillas de ruedas. Varias decenas de enfermos ya operados siguen por ello ingresados en el Hospital de Navarra, el mayor público de la comunidad, cuya capacidad está al 100%, ante la imposibilidad de abandonarlo.
El colapso amenaza con extenderse al segundo hospital público en importancia, el Virgen del Camino, al que han sido derivados algunos enfermos a raíz de los problemas surgidos desde el pasado fin de semana en el centro anterior.
Para aliviar la situación, Interior ha puesto a disposición de estos pacientes varios vehículos de la Policía Foral. Cruz Roja de Navarra se ha negado a atender los requerimientos realizados por Salud, mientras que los Bomberos mantuvieron ayer una reunión con los huelguistas tras rechazar una petición similar.
El consejero de Salud, Santiago Cervera, exigió ayer a los trabajadores que desconvoquen el paro y prometió que, a cambio, el Servicio Navarro de Salud (SNS) no detraerá de las facturas de enero de las cinco firmas privadas que tienen concertado el transporte sanitario el coste de la huelga. Además, invitó a empresas y trabajadores a elaborar un Libro Blanco para la reestructuración del sector.
Cervera calificó de "absurda" e "injusta" la huelga porque "perjudica a los más débiles". El consejero estima que los bajos salarios de los 232 empleados que secundan el paro (entre 600 y 728 euros menusales) son sólo un exponente de "la excesiva atomización" de las empresas (cinco, con 70 ambulancias en conjunto). Recordó que los concursos del servicio se adjudicaron a la baja respecto a las cuantías ofertadas por su departamento. "Los precios los ponen las empresas, no nosotros", explicó Cervera.
Aunque Salud quisiera sumar un millón de euros más a los 5,1 millones que ya dedica a los conciertos no podría hacerlo sin incurrir en ilegalidad, recalcó Cervera, ya que la ley foral de Contratos, "la más estricta de España", lo prohíbe.
El comité de huelga mantuvo ayer su primera reunión negociadora con las empresas del sector. El objetivo de ambas partes es alcanzar un preacuerdo que se plantearía al Gobierno foral. La patronal insiste en que no puede asumir una subida salarial que del 50% y se mostró dispuesta a negociar con el Ejecutivo una reestructuración a cambio de mayores aportaciones públicas.
Los trabajadores decidieron no endurecer su paro y esperar al resultado de la negociación, aunque Manuel Gómez, de UGT, portavoz del comité de huelga, no descartó que los trabajadores se despidan en bloque de sus empresas para forzar al Ejecutivo a asumir directamente el servicio. "Salud está echando balones fuera porque es la responsable última de las condiciones indignas en que se presta el servicio", aseguró Gómez.
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