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Reportaje:

Urnas sospechosas en Chechenia

Moscú ha convocado un referéndum sobre la 'constitución' de la república caucásica en medio de un nuevo estallido de violencia

Pilar Bonet

Las autoridades rusas han fijado la fecha del 23 de marzo para celebrar un referéndum sobre la constitución de Chechenia (equivalente a un estatuto de autonomía), desoyendo así las muchas voces que les invitan a tener en cuenta las tensiones bélicas y los peligros para la vida en la república secesionista caucásica.

El Kremlin ve el referéndum como parte de una alternativa a las conversaciones con el presidente separatista checheno, Aslán Masjádov. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, descartó rotundamente el diálogo con los separatistas después del secuestro de rehenes del pasado octubre en Moscú.

El plebiscito se celebrará no sólo bajo la vigilancia de las Fuerzas Armadas rusas, sino también con su participación en tanto que votantes. Según el presidente de la Comisión Electoral Central, Alexandr Veshniakov, más de medio millón de habitantes de Chechenia y 38.000 miembros de las tropas federales permanentemente estacionados en la república tendrán derecho a votar. Activistas de derechos humanos rusos consideran "absurdo" que voten los militares.

Activistas rusos de los derechos humanos ven "absurdo" que voten también los militares

Al referéndum deberán seguir después las elecciones parlamentarias y presidenciales, con las que Moscú aspira a crear nuevos órganos de poder con apariencia de legitimidad. Masjádov y una parte de los guerrilleros separatistas que empuñan las armas contra Moscú fueron elegidos como representantes legítimos de la república en las elecciones que se celebraron en 1997 con el consentimiento del Kremlin y en presencia de observadores internacionales.

La Comisión Electoral de Chechenia decidió la fecha del referéndum el pasado viernes, tras examinar un total de 13.200 firmas a favor del plebiscito, oficialmente recogidas en la república. La decisión ha sido anunciada menos de un mes después de que un camión bomba hiciera saltar por los aires la sede del Gobierno prorruso de Chechenia. Más de 70 personas murieron en el ataque del edificio mejor custodiado de la república. La destrucción de la sede del Gobierno, una evidente muestra de la falta de condiciones de seguridad, ha creado también dificultades técnicas a las autoridades rusas. En Grozni no hay de momento condiciones para alojar a forasteros, ya que la residencia oficial de huéspedes estaba en el interior de la sede del Gobierno, destruida por el atentado.

Según informaciones de activistas de los derechos humanos, los soldados federales practicaron una redada tras el atentado en el curso de la cual detuvieron a 40 hombres. Los activistas advierten de que los varones chechenos corren especial peligro, si se deciden a volver a su república de origen, porque pueden ser secuestrados, detenidos o asesinados. De esta eventualidad tampoco están al margen quienes residen en los campos de refugiados de Ingushetia. El centro de Derechos Humanos Memorial denunció la desaparición de cuatro personas del campo de Satsita, en Ingushetia, el pasado 6 de enero.

Svetlana Gánnushkina y Liudmila Alexéyeva, dos veteranas activistas de los derechos humanos que además son miembros de la Comisión de Derechos Humanos del Presidente de Rusia, subrayaron que no hay condiciones para celebrar un referéndum tras su visita a Grozni a fines de diciembre. De la misma opinión fue Jorma Inki, el jefe de la misión de la OSCE en Chechenia (ahora en proceso de clausura), según el cual la medida resulta prematura. Las autoridades rusas siguen asistiendo en el retorno de los refugiados desde los campamentos de la vecina Ingushetia a Chechenia e insisten en que no fuerzan a nadie a volver. En lo que va de año, y hasta el pasado fin de semana, aseguraban haber trasladado a 124 personas y proyectar el traslado de 1.000 personas más. En Ingushetia hay 67.000 refugiados chechenos.

Ante la presión internacional, los responsables de los campos parecen haber disminuido de momento la presión ejercida en los últimos meses sobre los refugiados para que regresen. Mientras tanto, continúan las acciones bélicas en Chechenia. Según la agencia Itar-Tass, los federales destruyeron en los últimos días 13 escondrijos de armas y explosivos en diferentes lugares de la república, incluido Grozni. Interfax informaba el sábado de que la aviación rusa había hecho un total de nueve incursiones en distritos escarpados del sur de la república. Además, siguen registrándose bajas tanto por el lado de los federales como de los guerrilleros.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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