Más de 200 personas han muerto de frío en Rusia en el peor invierno de los últimos años

Seis personas perecieron de frío en Moscú en la noche del martes al miércoles, cuando la temperatura cayó a 32 grados bajo cero. Con estas muertes, el número de víctimas mortales causado en la capital rusa por el frío se elevó a 239 desde que comenzó el invierno. Además, unas 150 personas han sido hospitalizadas con diversos grados de congelación. Mientras tanto, en otras regiones rusas el frío ha producido averías y dejado sin calefacción a pueblos enteros.

La culpa de las numerosas muertes por frío -unas 400 personas el invierno pasado en Moscú- se debe en gran parte al alcohol y a la ausencia de vivienda. La inmensa mayoría de las víctimas son personas que se han emborrachado y se quedan dormidas en la calle. Muchas de ellas beben para entrar en calor ya que no tienen donde pasar la noche.

La serie de fiestas que comenzó en diciembre contribuye a aumentar el número de congelados. La ola de frío actual es inusitadamente cruda: el mes de diciembre estuvo entre los diez más fríos de Moscú en los últimos 120 años. En los alrededores de la capital, anteanoche la temperatura cayó a 37 grados bajo cero, pero en otras provincias del norte europeo de Rusia ha hecho mucho más. Por ejemplo, 48 bajo cero en Múrmansk y 45 en Petrozavodsk. En los alrededores de esta ciudad se ha creado una situación crítica después de que la rotura de las tuberías de agua caliente dejase sin calefacción a decenas de miles de personas.

Otro tanto ocurre en Valdái, ciudad ubicada a 400 kilómetros al noroeste de Moscú, donde unas 3.000 personas se están congelando en sus viviendas, ya que los radiadores de los apartamentos se han cubierto literalmente de hielo. En Moscú se estudiaba ayer la posibilidad de utilizar al Ejército para ayudar a reparar los sistemas de calefacción. En el norte, el golfo de Finlandia se encuentra prácticamente congelado, "situación que se da una vez en cien años", según el Centro Meteorológico de San Petersburgo. El presidente, Vladímir Putin, estudiaba ayer la situación creada por la ola de frío.