Condenado un funcionario de Hacienda por estafar al fisco 120.699 euros

Santiago A. N., un funcionario de Hacienda de 43 años, estafó 120.699 euros al fisco falsificando 49 declaraciones negativas correspondientes a los ejercicios 1991 y 1992. Por este delito, la Audiencia Provincial de Madrid le ha condenado a cinco años de prisión, ocho de inhabilitación para desempeñar cargo público y multa de 3.600 euros.

El tribunal también ha impuesto dos años de cárcel y suspensión para todo cargo público y multa de 1.200 euros a un amigo del primer condenado, Antonio G. C., de 37 años, que colaboró y ayudó a consumar el delito con intención de obtener un beneficio ilícito de las operaciones fraudulentas.

Los hechos ocurrieron en 1991 cuando Santiago A. N. y su amigo decidieron que resultaba muy "fácil", según dice la sentencia, obtener devoluciones por las declaraciones negativas del IRPF, ante la "falta de control" del fisco en aquellas fechas con importe inferior a 3.000 euros.

Así, y aprovechando los conocimientos fiscales del funcionario, los dos inculpados concertaron un plan consistente en confeccionar declaraciones del IRPF "completamente inventadas", siempre del modelo simplificado y a nombre de contribuyentes ficticios. Para ello, necesitaban burlar el control informático de Hacienda, ya que si sus técnicos se percataban de la existencia de documentos de identidad duplicados avisarían a los declarantes y a los superiores de Santiago A. N.

A continuación, los acusados fotocopiaron carnés de identidad a los que colocaron una fotografía antigua de Antonio G. C., borraron el anverso y mecanografiaron un número de DNI que no figuraba en la base y unos datos de identidad inventados, procurando utilizar los nombres y apellidos españoles más comunes. En la mayoría de los impresos hicieron constar que el contribuyente estaba casado en régimen de gananciales, que hacía una declaración conjunta, que el matrimonio tenía tres hijos y que el único que trabajaba en la unidad familiar era el marido, indicando que su salario neto anual era de 27.045 euros, con un 24% para Hacienda y un 4% como cotización para la Seguridad Social.

Asimismo, señalaron que el trabajador estaba comprando una vivienda, lo que producía un rendimiento negativo del capital inmobiliario y una desgravación que daba lugar a una devolución de entre 1.500 y 2.700 euros.

Carné falso

Junto a toda la documentación, se aportaba un carné falso de la supuesta esposa del declarante y un certificado de retenciones inventado. Santiago presentó las declaraciones en su lugar de trabajo y en la mayoría de las declaraciones solicitaba la devolución mediante cheque, que fueron enviados al domicilio de los inexistentes contribuyentes, por lo que fueron devueltos a la Administración para que el destinatario acudiera a recogerlo.

Pasado un tiempo, Santiago comprobó que los controles del fisco no habían detectado irregularidades, así que Antonio G. C. se presentó en las sedes de Hacienda, presentó el NIF y la fotocopia del DNI del falso declarante y, tras recibir el dinero, lo ingresaba en cuentas bancarias abiertas a nombre de dichas personas. En 1991, los imputados lograron apoderarse mediante este procedimiento de nueve devoluciones por un importe de 19.369 euros. Repitieron la operación con nuevas identidades, obteniendo así 101.330 euros de 40 declaraciones falsas.