La ONU prepara una cita en el extranjero con un científico iraquí
Irak anuncia que mañana entregará a los inspectores la lista de sus expertos en armas
Los inspectores de desarme de la ONU aseguran que están preparando su primera entrevista con un científico iraquí fuera de su país. Pero la mayoría de los analistas señala que las reticencias de Bagdad a que esas citas se realicen en el extranjero amenazan con provocar un aumento de la tensión con EE UU, que reclama con insistencia esas reuniones. La cooperación del Gobierno iraquí podría chocar con el límite de las entrevistas en el extranjero.
Un portavoz de los inspectores citado por la emisora británica BBC afirmó ayer que la reunión con el científico se llevaría a cabo pronto. Sin embargo, no quiso especificar el país o el momento en que se producirá. Los propios responsables de la ONU no se han mostrado hasta ahora entusiastas con esa posibilidad.
Desde el inicio de la crisis sobre las armas de destrucción masiva, el régimen del presidente Sadam Husein, bajo fuerte presión estadounidense, ha visto en la ONU su principal aliado frente a la potencia de Estados Unidos y sus exigencias. Esta actitud se ha traducido en hechos: aceptación sin condiciones del regreso de los inspectores de desarme de la ONU y de la resolución 1.441 del Consejo de Seguridad, y cooperación sin incidentes notables con los inspectores desde su regreso a Bagdad.
El jueves, un alto responsable iraquí, el general Hosam Mohamed Amín, declaró con satisfacción que un mes de inspecciones "molestas, extensas y en ocasiones agresivas" no han permitido detectar la menor huella de armas prohibidas. Y el general Amín anunció que Irak, tal como ha prometido, va a entregar a la ONU "el domingo, como muy tarde" una lista de ingenieros y científicos vinculados en el pasado a programas de armas de destrucción masiva.
La Comisión de Naciones Unidas para el Control, Inspección y Verificación del desarme en Irak (UNMOVIC) lanzó el pasado martes un programa de entrevistas formales con científicos dentro del propio Irak. Hasta ahora se han producido dos de esas citas sin mayores objeciones por parte de Bagdad.
Sin embargo, a una pregunta sobre las entrevistas en el extranjero, el general Amín, que dirige el organismo iraquí encargado de los contactos con los inspectores, reaccionó con firmeza. "No creemos que sea necesario", declaró.
Difícil decisión
Aseguró, no obstante, que las autoridades iraquíes dejarán libres a los científicos a los que la ONU solicite ver en el extranjero para aceptar o rechazar esta difícil decisión. "Trataremos el asunto cuando sea el momento, no por ahora", manifestó el general Amín. Pero este alto responsable no ocultó sus sentimientos. "Si estuviera en esa situación, yo no aceptaría, porque no quiero salir de mi país para ser interrogado en el extranjero", aseguró, "que me interroguen aquí, en Irak".
De acuerdo con la resolución 1.441, los inspectores pueden "realizar entrevistas en el país o en el exterior" y "facilitar el viaje al extranjero de las personas interrogadas y los miembros de su familia". Estados Unidos, que quiso esta disposición, insiste ante la ONU para que se aplique lo antes posible. Aun así, el jefe de los inspectores, Hans Blix, declaró que tampoco es cuestión de "secuestrar" a los centíficos. "No se puede sacar a alguien sin su consentimiento", ha subrayado.
"Un desastre humano"
El ex primer ministro socialdemócrata holandés y actual responsable del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Ruud Lubbers, afirmó ayer que una guerra contra Irak, en la que podrían ser liberados agentes químicos y bacteriológicos, será una catástrofe humana."Créanme, será un desastre desde una perspectiva humanitaria", declaró Lubbers a la radiotelevisión británica BBC, y añadió: "Sólo si Sadam Husein no cumple ni con las inspecciones ni con las consecuencias de las inspecciones habrá razón para una intervención militar".Lubbers había anunciado a principios del pasado mes de octubre que ACNUR estaba ya preparando planes de urgencia para asistir a los refugiados en caso de que estallase una nueva guerra contra Irak. El número de refugiados, según el responsable de la agencia humanitaria de la ONU, podría oscilar entre "decenas de miles y un millón" de personas.Los iraquíes, con 39.000 solicitudes, están en cabeza de las demandas de asilo dirigidas a 29 países industrializados, según las cifras de ACNUR referidas a los primeros nueve meses de este año.
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