46 muertos en un ataque suicida en Chechenia
Los separatistas estrellan dos vehículos llenos de dinamita contra la sede del Gobierno en Grozni
Al menos 46 muertos y cerca de un centenar de heridos es el resultado de un audaz ataque suicida contra la sede del Gobierno checheno. Un jeep y un camión llenos de dinamita lograron circular libremente por Grozni, la capital de Chechenia, entrar en la zona especialmente custodiada donde se encuentran las oficinas de los dirigentes de la república norcaucásica, romper las barreras militares ante la sede del Gobierno e irrumpir en el patio. Allí, los conductores, dos separatistas suicidas, hicieron estallar los vehículos. Las explosiones destruyeron todo a su alrededor, tanto el edificio gubernamental como el centro de comunicaciones adjunto.Los hechos ocurrieron a las 14.30, hora local (12.30 en España), cuando en el edificio se encontraban unas 200 personas.
Los heridos y muertos son principalmente personal auxiliar que a esa hora se encontraba en el comedor del que ahora no queda prácticamente nada. Sólo el armazón ha quedado de la sede del Gobierno. Diversos testigos han relatado que en el lugar donde los kamikazes hicieron estallar el camión lleno de explosivos se ha formado un embudo de unos 10 metros de diámetro y cinco de profundidad, mientras que la nieve acumulada frente al edificio de cuatro plantas se derritió y fue reemplazada por cenizas.
No se conoce de momento que entre las víctimas se hallaran altos dirigentes. Este hecho se explica porque la mayoría de los ministros se encontraba fuera del edificio, ya que habían salido a comer a casa. Ajmad Kadírov, jefe de la Administración impuesta por el Kremlin en Chechenia, se encontraba en Moscú e, inmediatamente después de enterarse de la tragedia ocurrida en Grozni, salió en un vuelo especial con destino a esa ciudad. El presidente ruso, Vladímir Putin, que fue informado en cuanto ocurrieron las explosiones, ordenó al Ministerio de Situaciones de Emergencia y al Servicio Federal de Seguridad que formaran una "comisión encargada de liquidar las consecuencias del acto terrorista".
Los accesos al edificio del Gobierno fueron bloqueados por policías, militares y agentes de los servicios secretos. Socorristas de las repúblicas vecinas de Ingushetia, Daguestán y Karacháyevo-Cherkesia han llegado para ayudar a remover los escombros, bajo los cuales aún puede haber gente con vida.
El edificio más moderno
El edificio destruido ayer era el más grande y moderno de Chechenia. En el complejo gubernamental -construido en el lugar de la antigua estación de tren, destruida en la primera guerra (1994-1996)-, funcionaba la Administración de la República, el Gobierno y tres ministerios: el de Finanzas, el de Vivienda y el de Transporte.
"Los terroristas, como antes, siguen reinando en Grozni", se lamentó Kadírov en lo que equivale a una crítica velada de los militares y los servicios secretos. "¡Cómo es posible que los vehículos hayan podido pasar el triple cinturón de seguridad que hay alrededor del complejo gubernamental", exclamó el jefe de la Administración chechena. Normalmente, para entrar en la zona donde se encuentra la sede del Gobierno, hay que tener un permiso especial y todos los vehículos deben ser registrados. Pero los guerrilleros tienen gran experiencia en comprar o burlar los controles. Baste recordar la incursión de Shamil Basáyev a la ciudad rusa de Budiónnovsk durante la primera guerra o la reciente toma del teatro Dubrovka en Moscú.
Kadírov responsabilizó al presidente independentista, Aslán Masjádov, del ataque suicida lanzado ayer en Grozni. "Sé muy bien que el organizador de esta tragedia es precisamente Masjádov. El ex líder del régimen de Ichkeria trata de hacer estallar la situación en la República y no permitir que haya estabilidad en ella. Es su respuesta a nuestro minucioso trabajo para conseguir que la gente regrese a la vida pacífica y los guerrilleros depongan las armas", afirmó.
Expertos de los servicios secretos consideran, sin embargo, que las explosiones en Grozni fueron realizadas por orden del comandante guerrillero Shamil Basáyev, líder de los wahabíes chechenos, y por el árabe Abu Al-Walid, miembro de la organización fundamentalista Hermanos Musulmanes. Hace unos días, el coronel Iliá Shabalkin, representante del mando de la operación antiterrorista en el Cáucaso del Norte, había advertido de que Basáyev y Al-Walid, durante una reciente reunión en el distrito de Nozhái-Yurt, habían ordenado a los jefes de destacamentos guerrilleros "realizar una serie de grandes actos terroristas tanto en Grozni como en distritos de la república". Shabalkin dijo ayer que "el acto terrorista ha sido posible debido a que desde una serie de países árabes continúa llegando dinero" destinado a los guerrilleros.
"Felicitación de Año Nuevo"
Los separatistas extremistas reivindicaron el atentado a través de chechen.org, su página en Internet. En el comunicado que allí publican, los rebeldes califican las explosiones con coches bomba de "felicitación de Año Nuevo a Kadírov y su camarilla", y lamentan que se encontrara ausente cuando se produjo el ataque suicida.
Las autoridades chechenas reforzaron ayer las medidas de seguridad en Grozni y en otras ciudades de la República, al tiempo que pusieron en estado de alerta a todas las fuerzas policiales. Las explosiones dirigidas contra la sede del Gobierno checheno han hecho que también en Moscú la policía haya recibido órdenes de revisar los vehículos que entran en la capital; al mismo tiempo, han multiplicado las comprobaciones de documentos en las estaciones ferroviarias, aeropuertos y otros lugares públicos.
Más de 4.700 uniformados rusos han muerto desde el otoño de 1999, cuando Putin comenzó la segunda guerra contra Chechenia, y más de 14.000 han resultado heridos, según datos oficiales. Organizaciones de derechos humanos, como la Unión de Comités de Madres de Soldados, calcula que las bajas militares superan las 11.000.
Mientras tanto, en el proceso contra el coronel Yuri Budánov, el fiscal pidió ayer 12 años de cárcel por el asesinato de la joven chechena Elsa Kungáyeva. Al tiempo pidió a los jueces que no tomaran en cuenta el último examen psiquiátrico realizado a Budánov, que lo exculpa por enajenación, sino el primero, en el que se concluye que el coronel estaba en plenas facultades cuando estranguló a Elsa. Budánov secuestró a la joven, la llevó al regimiento y se encerró con ella poniendo música a todo volumen. Horas más tarde, abrió la puerta de su cuarto para ordenar a sus soldados que sacaran el cadáver y lo enterraran.
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