Goya se hace cronista en una exposición sobre Carlos IV
250 piezas ilustran la España del siglo XVIII y la devolución de Menorca en 1802
Las imágenes de 10 cuadros de Francisco de Goya, de colecciones privadas, centran las distintas secciones de la exposición 1802. España entre dos siglos y la devolución de Menorca, inaugurada ayer en el Museo Arqueológico Nacional, de Madrid (Serrano, 13), tras una primera versión en el museo de Mahón. "Goya es el cronista de esta época", afirmó el comisario de la muestra, Juan J. Luna, conservador del Museo del Prado. "Los goyas son goyas", añadió.
El bicentenario del Tratado de Amiens, firmado en julio de 1802, por el que se cierra el periodo de dominaciones extranjeras en Menorca y se incorpora definitivamente a la Corona española, se conmemora con la exposición 1802. España entre dos siglos y la devolución de Menorca, organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC, www.secc.es), que ha aportado 480.000 euros.
Una primera versión de la muestra se presentó el pasado verano en el museo de Mahón, con un mayor número de piezas vinculadas a la historia de la isla, como punto estratégico en las rutas comerciales y militares del Mediterráneo, que a lo largo del siglo XVIII fue el escenario de disputas de las grandes potencias. Un episodio de la guerra de Sucesión dio pie en 1708 a los ingleses para conquistar Menorca, ratificada por el Tratado de Utrech de 1713. Los ingleses gobernaron Menorca durante 70 años en tres periodos diferentes, mientras que estuvo en manos francesas de 1756 a 1763 y españolas de 1782 a 1798.
El director general de la SECC, Rafael Gasset, declaró ayer que, junto con el consorcio histórico de Menorca para el bicentenario de la Paz de Amiens, se ha celebrado además un congreso internacional en Ciudadela, con medio centenar de historiadores, y un concierto de Jordi Savall con piezas inéditas de la época, que repetirá el próximo 28 de enero en el Auditorio Nacional, de Madrid. El director del Museo Arqueológico Nacional, Miguel Ángel Elvira, destacó la aportación de piezas para este recorrido po la España de Carlos IV. "Un conservador me decía que el museo empieza a parecerse al Prado".
El Prado es una de las instituciones que aportan préstamos, además de Patrimonio Nacional, Calcografía Nacional, Museo Municipal, Naval, Artes Decorativas, de Madrid, y centros de Bilbao, Valencia, Vitoria y Barcelona, además de museos extranjeros. La mayoría de las 250 piezas expuestas y catalogadas, y algunas restauradas, proceden de colecciones privadas. El comisario, Juan J. Luna, destacó la colaboración científica de Carmen Mañueco, del consejo asesor y la docena de autores que aportan ensayos en el catálogo sobre distintos aspectos de la exposición.
Piezas inéditas
El montaje, diseñado por el equipo Macua & García Ramos, que estará abierto hasta el 15 de marzo en el Museo Arqueológico Nacional (entrada libre, visitas guiadas, 91 577 79 12), presenta 10 cuadros de Goya, procedentes de colecciones privadas. "Goya es una figura clave en la pintura de la época y en la corte de Carlos IV. Es un cronista de este tiempo, al presentar en sus pinturas retratos de hombres de letras y científicos, escenas de fiestas y de toros", declara el comisario. Juan J. Luna asegura que "todos los cuadros de Goya son de Goya", incluido el retrato de su nieto Marianito, sobre el que otros especialistas manifiestan sus dudas.
El itinerario de la muestra recorre tres grandes apartados, al presentar la Europa de 1802, con los monarcas y las cortes, las rivalidades en el mar, los políticos y la Paz de Amiens; la España de la segunda mitad del siglo XVIII y las primeras décadas del XIX (la corte, la religión, los mecenas, artistas e industrias de lujo, la cultura y la opinión pública), y las repercusiones en Menorca, ilustrado con pinturas, grabados, documentos, esculturas, armas, textiles, muebles, instrumentos científicos, plata, vidrio, porcelana, monedas, relojes, medallas. El comisario destacó la novedad de varias piezas, como el cuadro Bonaparte en el Gran San Bernardo, pintado por Jacques-Louis David y pagado por Carlos IV, que vuelve a Madrid desde su salida en 1812. De Goya figuran los retratos de conde de Fernán Núñez (portada del catálogo y carteles), Carlos IV y la reina María Luisa, el bordador López de Robredo, Marianito, Godoy a caballo, Meléndez Valdés, dos de tema taurino y Coloquio galante.
Entre el grabado de Carlos III al enorme cuadro de Carlos IV y su familia, de Vicente López, desfilan pinturas de Zacarías González Velázquez, Espinal, Meléndez, Lacoma, Flaugier, Montanya, Bayeu, Maella y otras piezas de Carnicero y Juliá, con los cuadros y dibujos de Calbó, Chiesa y Schranz, de vistas y gentes de la isla, y una cómoda menorquina. El comisario llama la atención sobre dos relojes de autómatas, un busto de la marquesa de Astorga, un florero de Lacoma, la vajilla de Sèvres de los príncipes de Asturias, unos bustos romanos de Silici, y anima al Museo Arqueológico para que compre el vestido del cirujano de cámara de Carlos IV.
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