"No arriesgaré la tripulación ni el submarino"
El sellado de las grietas del petrolero es una tarea demasiado complicada para el 'Nautile'
A petición del Gobierno español, el submarino Nautile, del Instituto Francés de Investigaciones para la Explotación del Mar (Ifremer), comenzó el 11 de diciembre la exploración de los restos del petrolero Prestige. Su misión era examinar las grietas por las cuales se escapa el fuel, al ritmo de unas 125 toneladas diarias, y llegado el caso, estudiar cómo taponarlas.
"Algunas de ellas, no demasiado grandes, parecen en efecto accesibles, y el Nautile podría intentar una reparación, a condición de que no haya peligro. No quiero obligar a asumir ningún riesgo para la tripulación ni el submarino, que no está equipado para hacer manipulaciones de tipo industrial", afirma Jean-François Minster, presidente del Ifremer. El 12 de diciembre ya se realizó con éxito una primera obturación. El tapón que colocó sobre uno de los agujeros por los que sale el fuel sigue en su sitio.
La primera misión del Nautile, acompañado de su buque portador Atalante, fue realizada a petición de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar). En el curso de los trabajos, que duraron del 2 al 8 de diciembre y han costado 700.000 euros, el Nautile se sumergió siete veces y permaneció un total de 30 horas junto a los restos a unos 3.600 metros de profundidad.
El Nautile pudo observar el ángulo de deformación del casco, así como la presencia de 14 fugas en las dos partes de los restos. También constató que el fuel, muy viscoso, se escapaba por tuberías de desagüe cuyo tapón había sido arrancado.
De momento no hay nada preparado aún para obturar las grietas del Prestige. Los especialistas se encuentran todavía en la etapa de reflexión. Para Yves Chardard, director de la división robótica submarina de la sociedad Cybernetix (grupo Comex), se podría intentar un "reenyesado" mecánico de las grietas con sistemas de imanes o ventosas dotadas de faldones estancos.
¿Qué se puede hacer para neutralizar las fugas? "Se puede responder a este desafío, a condición de pagar lo que cuesta y disponer de tiempo. Pero no será fácil", afirma Dominique Michel, presidente del consejo de administración de Doris Engineering, la sociedad que estudió y realizó las instalaciones de bombeo del Erika para TotalFinaElf. Harían falta de uno a dos meses para estudiar la viabilidad del proyecto, y otros seis para ejecutarlo.
¿Qué soluciones pueden barajarse? Para Dominique Michel, el bombeo del fuel es difícil, ya que implica la fluidificación del producto, que se ha vuelto muy viscoso por la baja temperatura. Se puede también intentar hacerlo más pesado para evitar que migre y neutralizar los restos por medio de un revestimiento estanco.
Para intervenir en los restos del Prestige pueden utilizarse pequeños submarinos operados a control remoto y unidos a un buque por medio de un cable. Equipados con brazos manipuladores, proyectores y cámaras, se utilizan para la prospección petrolífera.
© Le Monde / EL PAÍS
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