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El Gobierno se niega a pagar a la Junta los 360.000 euros que costó limpiar un vertido en Málaga y Cádiz

La limpieza de un vertido de hidrocarburos que en agosto de 2000 afectó al litoral andaluz desde Algeciras (Cádiz) hasta Málaga costó unos 433.000 euros, de los cuales 360.000 fueron asumidos por la Consejería de Medio Ambiente y el resto por las diputaciones de ambas provincias. Se recogieron 5.586 toneladas de residuos. La Junta remitió la correspondiente factura al Ministerio de Fomento, pero más de dos años después la consejería no conoce cuál fue el origen del vertido ni ha percibido compensación alguna por el coste de los trabajos de limpieza de las playas.

Ayer, el delegado de Medio Ambiente en Málaga, Ignacio Trillo, reclamó el pago de esa suma y criticó que Fomento se excusara de asumir los costes con el argumento de que una vez que el vertido había llegado a la playa ya no era de su competencia. "¿Si no es competente en Málaga cómo está siendo incompetente en Galicia?", ironizó el delegado.

La respuesta dada en noviembre de 2000 por el ministro, Francisco Álvarez Cascos, cobra especial relevancia ahora a la luz del vertido del Prestige. Tras apuntar que el Gobierno tiene como objetivo dotar a la vigilancia marítima de medios modernos y eficaces para la detección de posibles infractores, la lucha contra las mareas negras y la persecución de los posibles infractores, y apuntar que está haciendo "inversiones milmillonarias", Cascos lamenta que pueda hacer "poco" para contribuir a los costes de la limpieza porque la competencia del ministerio se circunscribe a la prevención de la contaminación desde buques que se encuentren en las aguas interiores, "no sobre las costas". Además, detalla que si se conociera al responsable del vertido, "que no es el caso", si podría incoar un expediente e imponer una sanción.

A pesar de estos argumentos, el ministro acaba la carta manifestando su colaboración con la consejería para "estudiar fórmulas que permitan una mayor eficacia [...] ya que la responsabilidad ante los ciudadanos de mantener limpias nuestras costas y aguas es una labor de todos, con independencia del ámbito competencial de cada administración".

El reclamo del pago fue hecho por Trillo tras presentar el balance de la campaña Coastwatch 2001, de observación del litoral andaluz. Este informe refleja que la basura doméstica y los escombros son los residuos más habituales en la Costa del Sol.

Sin embargo, precisa que "en la mayor parte de las ocasiones, no son los usuarios de las playas los causantes de esta contaminación, sino los vertederos próximos a la costa, los ríos, torrentes o acequias que los llevan al mar y también las embarcaciones que arrojan despedicios al agua". La inspección -hecha por profesores, escolares y voluntarios- recoge además la presencia de vertidos de los barcos que hacen "limpiezas furtivas" en alta mar. También constata que las provincias atlánticas suelen estar más limpias que las mediterráneas.

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