Pinceles de hormigón

Ponerse hoy al día sobre lo que se estila dentro del mundo de la pintura es asunto relativamente sencillo. Y placentero también. Basta con encaminarse al parque del Retiro. Junto al estanque grande, a punto de estrenar 100 barcas y desempolvar su vieja motora, se encuentra el pabellón denominado Casa de Vacas, centro cultural del distrito. El edificio es una estupenda sala madrileña de arte. Quizá por ello ha sido elegido para exhibir las obras galardonadas con el XVII Premio de Pintura BMW, retablo anual del arte pictórico madrileño e hispano y uno de los certámenes más veteranos en Madrid.

La muestra, que se clausura hoy, domingo, aúna 37 obras de gran formato con la exigencia de 195 centímetros como pauta de telas o tablas, los soportes más empleados por los artistas seleccionados. En la pluralidad de trazos, estilos e ideas que el premio concita, cabe señalar este año la proliferación de obras con trasunto, curiosamente, similar: la arquitectura. O, mejor, la tectónica. La obra premiada ha sido la del pintor madrileño Francisco Segovia Aguado, que lleva por título Competencia en altitud, realizada en una técnica mixta sobre tabla. El premio en metálico ha sido de 36.000 euros.

En él, Segovia describe desde una perspectiva ascensional el interior de un edificio en construcción; con un aplomo que el jurado ha considerado encomiable, refleja una concepción espacial repleta de vitalidad y de fuerza; la linealidad desplegada por las estructuras de hormigón y por el vigamen de acero de sus plantas invierte el movimiento rectilíneo primeramente inducido para transformarlo luego, a los ojos del observador, en una incitación a la circularidad. La diagonal dibuja una elipse que crece hacia el hondón del cielo.

Más de una decena de las obras seleccionadas exhibe trasuntos igualmente arquitectónicos: hay algunas donde la figura principal es una casa de pisos, como en la obra de Francisco Díaz García denominada Los consumidores de las experiencias paranormales; otras cuyo protagonismo recae en calles, como Ciudad, de Jesús María Folio; o en estadios, como Stadi dei Marmi, de Luis Javier Gayá, obra que evoca, en tonos ocres y anaranjados, una romanidad perdida. En la Torre quince, del valenciano Salvador Montó, el hito arquitectónico centra el lienzo, mientras que Arenas movedizas, del toledano Miguel Recuero, se asemeja a una ensoñación cristalizada de un castillo; Intemporal, de Rudolf James Mercado, es una vista arquitectónica de Venecia...

Incluso la inquietante Entrañas, de María José Castaño, una recreación estratificada de la tierra, parece destilar un parejo anhelo de estabilidad que el contorno presente no procura al artista y, por extensión, al ciudadano. Altamente recomendable, pues, esta muestra, un paseo por el belvedere al que el artista se encarama con la autoridad que el pincel de su pupila le otorga.

XVII Premio BMW. Casa de Vacas del Retiro. De 11.00 a 19.00. Hoy, último día.