EE UU pide disculpas a España por entregar a Yemen el buque con misiles
El Gobierno español se enteró por los medios de comunicación de la decisión de Washington
El subsecretario de Defensa de EE UU, Paul Wolfowitz, telefoneó el miércoles por la noche al ministro español de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, para pedirle "disculpas" por la decisión de su Gobierno de entregar a Yemen el carguero con 15 misiles Scud que dos buques de guerra españoles abordaron el pasado lunes en el océano Índico. Casi simultáneamente, el secretario de Estado, Colin Powell, llamó a su homóloga Ana Palacio. Para entonces, Trillo-Figueroa y Palacio ya conocían la noticia, difundida públicamente en Washington sin que España fuera consultada o informada antes.
El incidente con el So-San ha puesto de manifiesto el papel subalterno que España juega en la Operación Libertad Duradera de lucha contra el terrorismo. No se trata sólo de que EE UU ejerza el liderazgo, como hace también en la OTAN, sino de que, al contrario de lo que sucede en dicha organización, ni siquiera existe un foro de consultas políticas en el que participen los aliados que aportan tropas. Los únicos comités permanentes tienen carácter militar y las decisiones políticas las adopta la Casa Blanca o el Pentágono de forma unilateral.
Aunque fueron militares españoles los que abordaron al carguero norcoreano, poniendo en riesgo sus vidas -"alguna gente se jugó el pellejo", declaró a Onda Cero el comandante de la fragata Navarra, Gonzalo Rodríguez Garat-, el Gobierno español no fue consultado ni informado previamente de la decisión de liberar al So-San y permitirle proseguir viaje hasta Yemen con su carga de misiles balísticos.
El número dos del Pentágono (su titular, Donald Rumsfeld, se encontraba precisamente en Yibuti, supuesto destino del So-San, cuando se produjo el apresamiento, por lo que al parecer no pudo telefonear a su homólogo español) felicitó a Trillo-Figueroa por la profesionalidad de la Armada española y la "limpieza" con que se ejecutó la operación, al tiempo que le pedía "disculpas por el resultado final", según fuentes del Ministerio de Defensa.
Tanto Wolfowitz como Powell trasladaron al Gobierno español las mismas explicaciones que sus portavoces dieron a la prensa. "Me ha dicho", explicó ayer la jefa de la diplomacia española, "que tenían una información que hacía razonable interceptar el barco y revisar la carga y que, después de hacerlo y comprobar que no representaba peligro, lo habían devuelto". Una vez claro el origen, destino y cliente, agregó, "el derecho internacional obliga a que se deje a ese barco proseguir su ruta".
En contraste con esta opinión, el capitán de fragata Rodríguez Garat precisó ayer que, "técnicamente hablando, la carga es ilegal, puesto que no iba declarada en el manifiesto de cargo, y el puerto de destino, tampoco".
Trillo-Figueroa no pareció darse totalmente por satisfecho con las explicaciones de Washington y encargó a sus colaboradores que recaben más información. El ministro tendrá que acudir al Parlamento a dar explicaciones, pues ya han pedido su comparecencia Izquierda Unida y el Bloque Nacionalista Galego.
El PSOE no se ha sumado por ahora a esta petición. "En realidad", ironizó el portavoz socialista en la Comisión de Defensa del Congreso, Jordi Marsal, "a quien tendríamos que llamar para que nos diese explicaciones es el señor Rumsfeld". Marsal, quien reconoció que el Gobierno había informado al PSOE sobre el operativo, indicó que éste fue "correcto en términos militares", pero se basó en "una decisión política francamente mejorable".
IU pide la dimisión
Mucho más crítico se mostró el portavoz de IU, Felipe Alcaraz, quien pidió la dimisión de Trillo-Figueroa, alegando que ha quedado "en ridículo" y "en entredicho" tras la decisión de EE UU de liberar el buque requisado por la Armada española.
Desde el Gobierno se trató de restar importancia al incidente. "La cuestión se asume con cierta naturalidad y, si un hubo error, no fue nuestro", indicaron fuentes oficiales. José María Aznar tiene previsto viajar la semana próxima a EE UU y reunirse con el presidente George W. Bush.
En el Consejo de Ministros del próximo viernes se prorrogará la participación de las tropas españolas en la Operación Libertad Duradera, que incluye dos buques en el océano Índico, un avión de patrulla marítima en Yibuti y dos helicópteros en Manás (Kirguizistán), así como un contingente en Afganistán que está previsto reducir a 130 efectivos.
Trillo-Figueroa se reunió ayer con el Consejo Superior de la Armada, integrado por todos los almirantes en activo, al que trasladó las felicitaciones recibidas por la operación, a pesar de su inesperado desenlace.
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