Las claves de un secuestro escolar
Psiquiatras y psicólogos analizan las posibles causas que llevaron a un adolescente a secuestrar a 20 escolares
Qué puede haber inducido a un joven de 17 años a secuestrar a 20 niños de su antigua escuela, en la que además estudia su hermana? Psicólogos y psiquiatras coinciden en que este suceso, ocurrido hace unas semanas en un colegio de L'Hospitalet (Barcelona), se trata de una actuación difícil de interpretar en términos psicopatológicos.
Sin infravalorar los condicionantes sociales que pueden haber influido en la acción del joven, el responsable del servicio de Psiquiatría del Hospital infantil Sant Joan de Déu de Barcelona, Sabel Gabaldón, destaca que los hechos "tienen mucho que ver con la situación personal" del adolescente: "El joven ha actuado en solitario y me parece muy llamativo el hecho de que haya escogido como escenario de su acción un lugar muy próximo y familiar".
"Debemos reflexionar sobre la sociedad que tenemos y optar por vías más allá de la punición"
Aunque cree necesario esperar a que un examen psicológico y psiquiátrico en profundidad valore el estado del joven, el doctor Gabaldón afirma que, de antemano, parece que el suceso puede inscribirse en un importante problema personal, que puede ir desde el fracaso escolar a la dificultad de relación con los demás.
El equipo técnico de educadores y psicólogos que examinó al joven en las horas posteriores a su detención constata que existe "una situación de aislamiento social" y una "dificultad de contención de la propia conducta". Para el profesor del departamento de Psicología Social de la Universidad de Barcelona Josep Maria Garcia-Borés, "el problema individual de este joven parece no ir más allá de un nivel intelectual o formativo bajo".
Esta situación puede haberle llevado, según este psicólogo, a una actuación muy "inocente" y a que el joven no haya medido sus consecuencias previamente. "Pero en absoluto estos déficits son motivo suficiente para desencadenar la decisión del acto, sino que hay detrás de estos hechos una sociedad con los recursos extremadamente mal distribuidos, que exalta el dinero y que difunde permanentemente estrategias y acciones de esta índole (reales o cinematográficas)", añade Josep Maria Garcia-Borés.
Los expertos coinciden en que los hechos sucedidos en L'Hospitalet "obligan a una reflexión". Según Garcia-Borés, "debemos reflexionar sobre la sociedad que tenemos" y optar por otras vías que no sean exclusivamente "la vigilancia, el control y la punición, como es habitual".
El psiquiatra Sabel Gabaldón destaca especialmente la necesidad de cuestionar qué está fallando en la sociedad para que ocurran hechos como éste, que han puesto sobre la mesa una realidad preocupante: que en la escuela también suceden hechos violentos.
El jefe de Psiquiatría Infantil y Juvenil del hospital Vall d'Hebron, Josep Tomàs Vilatella, también considera que el perfil del joven no responde al del "típico paciente con alteraciones mentales". Tomàs asegura que una sociedad que ofrece a los niños y adolescentes multitud de estímulos violentos ha debido influir de alguna manera en la acción del joven de L'Hospitalet.
Sin embargo, el psiquiatra cree que el mayor problema de nuestra sociedad se halla en la falta de diálogo entre padres e hijos y en un sistema educativo que valora poco la vertiente afectiva.
"El resultado es que los jóvenes no saben expresar sus sentimientos con palabras y puede que opten por recurrir a actuaciones violentas para liberar tensiones", afirma. En opinión de Josep Tomàs, el joven que protagonizó el suceso de L'Hospitalet podría estar haciendo, con su acción, un reclamo de atención y de afectividad de la personas de su entorno, aunque para ello haya optado por una vía tan negativa como es un secuestro de escolares.
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