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Reportaje:

La última militancia de Mireille Jospin

La madre del ex primer ministro francés, militante de una asociación pro eutanasia, se quita la vida "serenamente" a los 92 años

Mireille Jospin-Dondieu, esposa de Robert y madre de Lionel -ex primer ministro francés y antiguo primer secretario del Partido Socialista de Francia-, de Agnès, Olivier y Noëlle, "miembro del comité de defensa de la Asociación a favor del Derecho a Morir Dignamente (ADMD), ha decidido abandonar la vida serenamente, a la edad de 92 años, el 6 de diciembre del 2002". Así reza la necrológica publicada en un diario francés que precisa que "un acto en su memoria se celebrará ulteriormente".

Los 92 años no deben llevar a engaño: la madre de Jospin o, mejor dicho, Mireille Jospin, era una militante. En marzo del 2001 aún se presentó dentro de una lista, Juntos a favor de la izquierda, durante la campaña de las municipales. Ese mismo mes participó en una manifestación contra el Gobierno de su hijo y, sobre todo, a favor del reconocimiento de un estatuto específico para las comadronas. "Me parece inadmisible que el oficio más bello del mundo esté tan mal pagado y valorado". Según parece, su hijo Lionel Jospin estuvo de acuerdo con ese punto de vista, entre otras razones puede que porque Mireille era comadrona de profesión.

En marzo de 2001 participó en una manifestación contra el gobierno de su hijo
Fue una luchadora incansable contra los abortos clandestinos y las mutilaciones sexuales
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Referente de la familia

Esa mujer que ha optado por elegir el momento de su muerte ha ayudado a nacer a miles de niños, ha sido una luchadora incansable en contra de las mutilaciones sexuales y de los abortos clandestinos. Precisamente por ello hizo público su respaldo a Simone Veil cuando ésta presentó su proyecto de ley para regularizar la interrupción voluntaria del embarazo.

Casada con Robert Jospin, que tenía tres hijos de un anterior matrimonio -uno había muerto de pulmonía-, Mireille era militante de múltiples causas -Amnistía Internacional, Greenpeace, la Unión Pacifista, ATD Quart Monde-, y el referente de su familia. Supo conservar la amistad de la anterior esposa de Robert y ganarse la de los hijos de éste.

En 1996 obligó a sus hijos que le firmasen un documento que ponía ciertas condiciones a su estancia en Malí, país al que acudía, a los 86 años, para transmitir su experiencia como comadrona: "Me voy a Malí. Tengo 86 años, una edad en la que la vida puede interrumpirse en cualquier momento. Si muero allí (que no lo deseo), no quiero ser repatriada. He donado mi cuerpo a la Facultad de Medicina y he renovado esa decisión regularmente desde 1968. O sea, que o bien mi cuerpo es cedido a la Facultad de Bamako (adjunto documento autorizando), o bien me tiran al Níger o cualquier otro río para los caimanes (el ciclo de la naturaleza)". Los cuatro hijos lo firmaron.

Origen protestante

De familia de origen protestante y humilde, Mireille compartió las convicciones pacifistas de Robert Jospin, profesor especializado en la educación de niños con problemas, incluso durante la ocupación alemana, actitud que a veces fue considerada equívoca y les valió muchas críticas.

En 1990, al prepararse la llamada guerra del Golfo, participó en manifestaciones pacifistas y contra la guerra a pesar de que su hijo, entonces ministro de Educación, era miembro de un Gobierno que iba a implicarse directamente en el ataque contra Irak. Mireille agradeció a Lionel el que, cuando éste llegó a Matignon, reivindicase la memoria de los soldados que, durante la guerra 1914-18, fueron fusilados como traidores por desobedecer las órdenes criminales de sus generales.

Orgullosa de sus orígenes, Mireille Jospin no quiso que sus hijos se olvidasen de ellos. Una vez, invitada a cenar a Matignon, se instaló en la mesa poniendo en ella una foto del esposo y padre desaparecido. "La he traído para que no te olvides de dónde procedes". Y esos orígenes eran la suma de las distintas militancias y la de una tradición olvidada hoy, la de la SFIO, anticomunista y reivindicadora de Jean Jaurés, el diputado asesinado porque se oponía precisamente a la guerra 14-18. Como Robert, ella también había militado contra el tratado de Versalles, que quiso hacer pagar todos los daños de la guerra a los alemanes.

Creía que "mortificar a los vencidos es preparar otra guerra". Eso, unido al protestantismo, que exigía una relación clara con el dinero y distinguir y no mezclar lo íntimo con lo privado, ha marcado de manera decisiva a Lionel Jospin, siempre mal adaptado a los modos imperantes en la política francesa, al clientelismo impuesto por Mitterrand, a la falta de escrúpulos que respecto al dinero mostró Jacques Chirac como alcalde de París, empeñado en una batalla por aparecer como el señor honradez que acabó por volverse en su contra en un ambiente poco dado a valorar la honestidad.

Jospin aspiraba arrebatar a Chirac la presidencia de la República Francesa, pero quedó apeado de la segunda vuelta en las pasadas elecciones a costa del ultraderechista Jean Marie Le Pen. El ya ex primer ministro renunció inmediatamente a todos sus cargos y puso fin a una carrera política llena de altibajos, pero siempre ennoblecida por una gran reputación moral.

Mireille Jospin, en Citroën 2CV o en un no menos modesto Renault 5, siguió trabajando y desplazándose hasta bien cumplidos los 80. Cuando acudía a Matignon lo hacía provista de un saco de dormir para "que no haya que lavar más sábanas".

Biblia y rugby

Mireille perdió su madre, pianista, cuando ella acababa de cumplir los 13 años. Pero guardó de ella esa pasión por la música y de ahí que cantase en una coral religiosa el día en que Robert Jospin, el que diez años más tarde será su esposo, se casaba con Marie-Louise.

El padre de Mireille, tan protestante como el de Robert, ha acostumbrado a su hija a leer la Biblia todos los días.

Y a seguir el campeonato de rugby. Cuando él, por razones de trabajo, se ve obligado a instalarse en Boulogne-Billancourt como obrero de Renault, lo que más hecha en falta en ese norte de Francia son los partidos de balón ovalado. Mireille también le transmitirá al ex primer ministro Lionel esa pasión por el deporte del rugby.

Mierille Jospin y su hijo Lionel, ex primer ministro de Francia, en una fotografía de marzo pasado.
Mierille Jospin y su hijo Lionel, ex primer ministro de Francia, en una fotografía de marzo pasado.AP

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