Marea negra, futuro negro
Soy gallega, y más concretamente de las Rias Baixas, de un pueblo a caballo entre O Grove y Cambados que se llama Dena. Hace 15 días observaba furiosa cómo se cargaban parte de la costa gallega, pero ahora esto es el acabose: el litoral gallego se ha hundido con ese barco, que sigue todavía ahí con una amenaza mayor.
Es una vergüenza cómo han actuado nuestros políticos, por no emplear palabras mayores. Fraga se ha comportado como el cacique que es: insensible al dolor de las gentes, a su futuro incierto, insensible hacia esta tierra que ha quedado herida de muerte.
Cuando lo peor ocurre, ¿de qué sirven las promesas? Para qué queremos políticos? Si cuando el pueblo necesita ayuda, respaldo, dedicación... ellos se pierden entre sus miserables juegos políticos, realizando comparativas ridículas que no vienen a cuento. ¿Hace falta que todo quede aniquilado para que actúen? La talla de las grandes personas se mide en los momentos díficiles, y ahora mismo podemos afirmar que al frente de nuestro país está una panda de incompetentes y pequeños hombrecitos.
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