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Tribuna:COYUNTURA INTERNACIONAL
Tribuna
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Un mes después...

Todo apuntaba el pasado 7 de noviembre a que el Banco Central Europeo (BCE) iba a recortar los tipos de interés, secundando la medida tomada previamente por la Reserva Federal, en una acción que recordara la "coordinación" vivida un año antes. No fue así, y el Consejo de Gobierno optó por esperar a contar con alguna prueba más de ausencia de presiones inflacionistas. Sin embargo, más allá del registro preliminar del IPCA del mes de noviembre, no se han producido novedades significativas que permitan elevar las probabilidades asignadas a que a lo largo del ejercicio de 2003 se alcanzará el objetivo del 2%. Es en materia de crecimiento donde se ha constatado la persistencia de mayores riesgos, poniendo de manifiesto que la rebaja de las condiciones monetarias debería haber llegado antes. Afortunadamente, la curva de tipos ya anticipaba recortes del BCE desde septiembre y con la relajación de todos sus tramos ha adelantado el proceso por el que la rebaja de 50 puntos básicos se transmite a las decisiones de consumo e inversión.

Dentro de la Unión Europea, los países que están más necesitados de estímulos tienen limitado el margen en materia de política fiscal

En cualquier caso, hay que reconocer la dificultad que supone la toma de decisiones en materia de política monetaria en un área donde la convergencia del ciclo económico cada vez es menor. Para ilustrarlo de forma sencilla basta con recurrir a una regla tipo Taylor y constatar cómo las necesidades de países como Alemania (tipos en torno al 2%) son muy diferentes a las de otros como España (la combinación de crecimiento e inflación recomiendan tipos cercanos al 6%).

Esta complejidad se incrementa cuando comprobamos que los países más necesitados de estímulos tienen limitado el margen en materia de política fiscal.

Dos enseñanzas se pueden extraer de cara a la futura incorporación de países a la UME y, al mismo tiempo, para lograr una mayor convergencia entre los que comparten la política monetaria única.

Los criterios de acceso deben ser más rigurosos y su evaluación no debe limitarse a una sola toma de datos en una determinada fecha, ya que se puede incurrir en lo que el vicepresidente del Banco de Hungría denominara "síndrome del pesaje".

En cuanto a los países que comparten el euro, deberían seguir expuestos a una mayor disciplina, pero no sólo en materia de déficit, sino también de inflación, de tal forma que aquellos que superan determinados niveles sobre la media estuvieran también sujetos a sanciones.

David Cano y David Martínez son economistas de Analistas Financieros Internacionales.

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