La meta del matrimonio civil

La propuesta del País Vasco para regular las parejas de hecho añade una pieza más al rompecabezas de las leyes autonómicas. A la ley catalana, de 1998, la han seguido las de Aragón, Navarra, Comunidad Valenciana, Baleares, Asturias, Madrid y Andalucía. A la espera están Extremadura y Castilla-La Mancha, donde el PSOE, que gobierna con mayoría, ha prometido leyes de parejas.

Del resto sólo queda abierta la posibilidad de Canarias. El Parlamento insular discute desde 2000 una propuesta socialista que está en el trámite de ponencia. El PP le ha opuesto un proyecto similar a las leyes de Madrid y la Comunidad Valenciana. Coalición Canaria, el partido que gobierna las islas, se mantiene en "una posición ambigua, como siempre", según denuncia el tinerfeño Pedro Zerolo, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas y Gays.

La posibilidad de que las demás comunidades del PP aprueben leyes de parejas es remota, y más teniendo en cuenta que en varias de ellas (Galicia, Castilla y León, Murcia) se han rechazado este año propuestas de la oposición para discutir el tema.

Pero que existan leyes no quiere decir que se compartan los derechos. Cataluña, por ejemplo, distingue entre uniones heterosexuales y homosexuales a efectos sucesorios. Las comunidades exigen periodos diferentes de convivencia antes de aceptar la inscripción de la pareja (menos el País Vasco, que no impone esta condición). Navarra y el País Vasco permiten la adopción por parejas homosexuales. Las competencias de las demás sólo les permiten regular el acogimiento. También cambian las condiciones y posibilidades en caso de ruptura.

Además, puede darse el caso de que una pareja esté sometida a dos legislaciones distintas, dependiendo de si tienen, por ejemplo, la vecindad civil en Cataluña pero viven en Madrid. Las leyes aprobadas en comunidades del PP (Madrid y Comunidad Valenciana) no reconocen que las parejas de hecho sean una familia, lo que las deja fuera del amparo de la Constitución.

Todo este laberinto sólo puede solucionarse con una ley estatal, una iniciativa que "no está entre las prioridades" del PP, según ha anunciado el presidente Aznar. Mientras tanto, la idea pierde apoyos entre muchos gays y lesbianas, los principales impulsores hasta la fecha de la regulación de las parejas de hecho. Zerolo es tajante: "La meta ahora es el matrimonio civil".