España y Portugal acuerdan en Corfú mejorar la coordinación frente a las catástrofes marítimas
Loyola de Palacio pide que la Unión Europea recorte los poderes de los capitanes de barco
España y Portugal dieron ayer un paso importante para mejorar su coordinación frente a eventuales catástrofes marítimas como la del petrolero Prestige, hundido en el océano Atlántico, a pesar de que el Gobierno español ha reiterado estos días que el entendimiento entre los dos países ha sido siempre perfecto. Y lo hicieron en la isla griega de Corfú, donde coincidieron en una reunión internacional el presidente del Gobierno, José María Aznar, y su homólogo portugués, José Manuel Durão Barroso, con la comisaria europea de Transportes, Loyola de Palacio, quien pidió a la Unión Europea (UE) que recorte los poderes de los capitanes de barco.
Aznar y Durão Barroso almorzaron en Corfú con la comisaria europea de Transportes, Loyola de Palacio, y acordaron extender al mar el sistema de alerta precoz con que ya cuentan los dos países para hacer frente a eventuales crecidas comunes de sus ríos, y que ahora será adaptado a los riesgos de marea negra.
"Lo que vamos a hacer es encontrar los mecanismos prácticos de coordinación para dar una respuesta más ordenada de cara al futuro", dijo Durão Barroso, quien declinó pronunciarse sobre la actuación de las autoridades españolas en la actual emergencia. "No voy a comentar lo que pueda haber hecho o no el Gobierno español", respondió cuando se le preguntó explícitamente sobre el tema.
Aznar y Durão pasan el fin de semana en Corfú para asistir a un Consejo Directivo de la Internacional de los Demócrata de Centro (IDC), caracterizado por las ausencias. El propio Partido Popular español había anunciado que Aznar se reuniría ayer a almorzar con los gobernantes europeos de la organización, entre los que se cuentan el italiano Silvio Berlusconi, el francés Jean-Pierre Raffarin, el austriaco Wolfgang Schussel y el luxemburgués Jean-Claude Juncker. Pero el presidente español se encontró sólo con Durão Barroso, porque ninguno de los demás acudió a Corfú.
En el trasfondo de estas ausencias pesa la polémica con los democristianos, agravada desde que Aznar fuera elegido presidente de la IDC el pasado noviembre en la misma reunión en que, sin cambiar las siglas, viró a favor de los demócratas de centro la denominación tradicional de Internacional de la Democracia Cristiana.
Fuentes del PP advirtieron ayer, sin embargo, que la ausencia de personalidades europeas no significaba una falta de liderazgo del presidente español, ya que el que había invitado a almorzar a esos dirigentes era el líder de la oposición griega, Costantino Caramanlis. Según los españoles, los europeos se excusaron ante Aznar con el argumento de que preferían no acudir a Corfú para no incomodar al actual primer ministro griego, Costas Simitis.
Al almuerzo de Aznar y Durão Barroso asistió, en cambio, la comisaria europea de Transporte, Loyola de Palacio, como miembro de la Comisión Ejecutiva del PP.
Antes de entrar en la reunión, la comisaria explicó a los periodistas que el plan de reforzamiento de las medidas de seguridad marítima -que presentará a la Comisión el próximo miércoles para que sea discutido en el próximo Consejo Europeo de Copenhague, en coordinación con el que propone Aznar- prevé que la Unión Europea limite los poderes de los capitanes de los buques, a fin de que los Estados costeros tengan más capacidad de intervenir en emergencias como la ocurrida con el Prestige.
"Lo que no podemos es volver a tener una nueva marea negra como la del Prestige o la del Erika, porque son accidentes que se debían o podían haberse evitado", dijo De Palacio. A fin de reducir los riesgos, la comisaria plantea que se excluya de aguas comunitarias a los "buques viejos con carga peligrosa" e incluso que "se tipifiquen como delito" sus actividades.
Estos planes encuentran una fuerte oposición en los países con grandes intereses en el transporte marítimo, como el Reino Unido, Holanda y Grecia. El Consejo Directivo de la IDC se disponía a aprobar anoche una resolución presentada por España que recoge estas ideas.
Oferta de Putin
Por otra parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ofreció ayer al jefe del Ejecutivo español, durante una conversación telefóncia, dos barcos más para apoyar las tareas de limpieza. Aznar se comprometió a solicitar esta ayuda en el caso de que llegue a ser necesaria. Esta aportación rusa tiene que ver con el hecho de que el propietario de la carga es Crown Resources, la filial petrolífera del conglomerado financiero ruso Alfa.
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