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Rusia proyecta un oleoducto para llevar petróleo a EE UU

El suministro desde Siberia, vía Murmansk, competirá con el crudo de Arabia Saudí

Pilar Bonet

Cuatro grandes empresas petroleras rusas, entre ellas Lukoil, que es la primera del sector, firmaron ayer un memorándum de entendimiento para construir un sistema de oleoductos hasta el puerto ártico de Murmansk con el fin de impulsar las exportaciones de crudo a EE UU (hasta ahora, simbólicas) y a Europa occidental. El proyecto, cuyos costes oscilarían entre los 3.400 y los 4.500 millones de dólares, podría entrar en funcionamiento en el año 2007.

En su origen, esta idea, que tiene un importante componente político, pertenece a Lukoil, que la puso sobre el tapete en vísperas de la cumbre ruso-norteamericana del pasado mayo. El presidente Vladímir Putin y su colega George W. Bush respaldaron entonces el "diálogo energético" bilateral y han continuado prestándole su apoyo durante su último encuentro, la semana pasada, cerca de San Petersburgo.

En los últimos meses, la voluntad política de potenciar esta colaboración se ha plasmado en los primeros suministros directos de crudo desde Rusia a Estados Unidos (a cargo de la empresa Yukos) y la primera contribución rusa a la reserva energética norteamericana. Sin embargo, el desarrollo del sector energético y del transporte energético en Rusia depende de la atracción de inversiones, como indicaba el comunicado conjunto que Putin y Bush suscribieron la semana pasada.

En el afán de buscar nuevas rutas de exportación, las empresas Yukos, Sibneft y TNK se sumaron a la empresa Lukoil, y los cuatro directivos de estas compañías firmaron ayer el memorándum de entendimiento que supone una toma de posición para el futuro tras el eventual desenlace de la crisis iraquí. Antes de realizar el plan, que sería el primero en su género, está pendiente un protocolo de intenciones, previsto para el 2003; un plan financiero y de inversiones y también el acuerdo sobre la ruta que debe seguir el oleoducto desde los yacimientos de Siberia.

Los promotores del plan creen que la construcción podría comenzar en el 2004 y prolongarse hasta el 2007, y que el oleoducto puede transportar hasta 80 millones de toneladas al año. Se contemplan dos rutas alternativas: una, desde Siberia occidental a Murmansk, con 3.600 kilómetros de recorrido, y otra, a través del mar Blanco, de 2.500 kilómetros. Murmansk está situado a unos 3.000 kilómetros al norte de Moscú y es el único puerto del norte ruso que permanece abierto todo el año.

El barril, a 18 dólares

Sin embargo, el proyecto requiere también el acondicionamiento y reforma del puerto, que no está preparado para atender a grandes petroleros. De la ambición de la empresa dan cuenta las comparaciones entre los plazos que ha consumido la puesta en marcha del oleoducto desde Bakú, en Azerbaiyán, a Ceijan, en Turquía, vía Georgia, que tiene menos de 2.000 kilómetros de recorrido y que llevó diez años de preparación antes de que la construcción comenzara, el pasado septiembre.

El proyecto de Murmansk se orienta hacia una estabilización de los precios a un nivel de entre 18 y 20 dólares por barril tras una previsible caída inicial de los mismos tras la resolución del conflicto iraquí, según previsiones de Mijaíl Jodorkovski, el presidente de Yukos. A partir de las cantidades mencionadas, el petróleo ruso resultaría rentable. Los cálculos iniciales de los promotores del oleoducto contemplan unos costes añadidos de 3,2 a 3,4 dólares por barril en concepto de transporte desde el yacimiento siberiano al puerto norteamericano.

En el punto de mira de los productores de petróleo ruso está la idea de convertirse en uno de los principales abastecedores de petróleo de Estados Unidos y de competir con el de Arabia Saudí. Sin embargo, las condiciones de obtención y transporte del petróleo encarecen el crudo ruso en comparación con los productores de la OPEP.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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