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Columna
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Gibraltar y sus basuras

Lógico que el señor Caruana y el Embajador Británico se desvivieran por negar las importantes relaciones del buque Prestige con las oscuras actividades del Peñón. Para eso les pagan. Pero sus protestas, admitiendo una sola y "breve escala" del buque de la muerte en esas turbias aguas el 13 de junio, chocan con el testimonio de numerosos testigos oculares de la zona, gente de mar y simples paseantes, que estos días han referido a los medios de comunicación atraques más frecuentes del monstruo, y mucho más prolongados, de hasta dos meses. Esto también es lógico. Según se ha sabido ahora, la propietaria del fuel que está hundiendo 400 kilómetros de costas gallegas en la espesa mugre del capitalismo salvaje, y que se llama Crown Resources, fue fundada en Gibraltar en 1996, como una más de las 29.000 sociedades y empresas allí radicadas (más compañías que gente) bajo toda sospecha. Según la misma información, publicada por este periódico el pasado día 22, esa empresa o lo que sea pertenece al "holding ruso Alfa Group, uno de los grupos privados más influyentes de Rusia", que luego de fusionarse con otra prenda parecida de las Islas Vírgenes, acabó domiciliándose en Junio de 2000 en Zoug (Suiza), otro edén para piratas modernos al que no llega la Comisión Europea. Casualmente, 1996 es el año en que Bruselas le dice a Luxemburgo que tiene que cerrar su chiringuito especulador, último refugio para listillos que quedaba en la UE. El 16 de octubre, el comisario europeo de la competencia, Mario Monti, ha iniciado, ¡por fin!, una investigación sobre las complacencias fiscales que Caruana y Blair (el amigo de Aznar) dispensan a sus más extrañas amistades del dinero. Otra casualidad: Gibraltar es el quinto país inversor en la Rusia capitalista (¡!), con unos 3.000 millones de dólares al año. Una cantidad que ni físicamente cabe en la Roca.

Pero no acaban ahí las presuntas responsabilidades de su Rocosa Majestad en estos trapicheos. Pasa olímpicamente de las condiciones en que se encuentran los numerosos buques que atracan o fondean en sus apretados dominios, si en 2001 sólo inspeccionó dos barcos de los 6.560 que le rindieron visita. Muchos de ellos se dedican al trajín pegajoso del crudo, con derrames frecuentes hacia las costas andaluzas. Por otro lado, tenemos que la Costa del Sol se ha llenado en estos últimos años de los llamados magnates rusos. "Más de cien grupos organizados a lo largo de 2001", tuvo que reconocer el Gobierno a una pregunta frontal del diputado socialista Miguel Ángel Heredia. Grupos y personas de esa nacionalidad extienden sus inversiones por toda la zona, por ejemplo hasta el Monte San Antón, un paraje protegido de Málaga donde el alcalde de esta ciudad está dispuesto a permitir un atropello urbanístico sobre 160.000 metros cuadrados de suelo rústico privilegiado, para una inversión rusa de un geriátrico y un centro residencial (y cultural, claro). Amén de la famosa escultura rusa de Jesús Gil, muy cultural también... Ahora aten ustedes los cabos que quedan sueltos, que este cuento de miedo se ha acabado, colorín colorado.

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