"La ampliación hará más ingobernable a la OTAN"
La OTAN es "prácticamente ingobernable" e incapaz de responder a la amenaza común del terrorismo, según opina en una entrevista con EL PAÍS el general-coronel Yuri Baluyevski, primer vicejefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia y principal negociador de su país en temas de armamento.
Pregunta. ¿Cómo valora el nuevo mecanismo de cooperación entre Rusia y la OTAN?
Respuesta. Hemos empezado bien, pero yo soy pragmático y un poco escéptico y no quisiera volver a lo que teníamos en el anterior Consejo Rusia-OTAN, es decir, más conversaciones que hechos. Hemos progresado en el campo naval y preparamos un documento que regulará nuestra relación en las operaciones de salvamento marítimo. También avanzamos en la defensa social de los militares e intercambiamos nuestros enfoques sobre la reforma militar. Un grupo de expertos ha examinado la tecnología rusa para destruir las minas antipersonas. Pero el retroceso no está excluido. No llegaríamos a la guerra fría, pero hay asuntos que pueden ensombrecer nuestras relaciones y tienen que ver con la nueva ampliación. Me gustaría que en Praga la OTAN reflexionara sobre el incumplimiento de las obligaciones asumidas por los nuevos Estados miembros, que Hungría ha puesto de manifiesto. Desde el punto de vista técnico-militar, ninguno de los Estados del Báltico responde a los criterios de la OTAN, pero estos criterios pasan a un segundo plano frente a los políticos. Como un especialista en sistemas, creo que la OTAN prácticamente no es gobernable y mañana, desde el punto de vista de su gobernabilidad, será todavía peor. La ampliación, por encima de un determinado número, produce los fallos que vimos tras el 11 de septiembre. Hoy vemos cómo se toman decisiones a regañadientes.
Ninguno de los Estados del Báltico responde a los criterios de la Alianza Atlántica
No vemos un enemigo exterior en EE UU o en la OTAN y sí en el terrorismo internacional
P. En Europa sigue habiendo hoy una cantidad secreta de armas nucleares tácticas o de corto alcance. Desde 1991, Washington y Moscú han anunciado, cada uno por su parte, reducciones unilaterales de esta categoría de armamento, no sometido hasta hoy a ningún sistema de control mutuo ¿Cúal es la situación?
R. Rusia tiene todas sus armas nucleares, estratégicas y no estratégicas, en su propio territorio. Por eso, para poder hablar de igual a igual con EE UU, los estadounidenses deberían llevar a su territorio las armas nucleares que tienen fuera de él. Pero las negociaciones actuales entre Rusia y EE UU se centran en el TRPOE. Ya llegaremos a las armas nucleares no estratégicas, pero, de entrada, comencemos por el acuerdo que acabamos de firmar. Tras la ratificación y puesta en práctica del TPPOE, lo siguiente será la reducción de armas ofensivas no estratégicas. Tanto nosotros como los norteamericanos seguimos manteniendo en secreto la cifra y hasta ahora no hemos intercambiado datos precisos sobre el tema, aunque hemos cumplido todas las obligaciones unilaterales que asumimos desde los tiempos de Gorbachov y no amenazamos a nadie.
P. ¿Les ha dado la OTAN garantías de que no se instalarán armas nucleares en los nuevos estados miembros?
R. No tenemos esas garantías. Nos dicen que es posible que los países del Báltico, al ingresar en la OTAN, adquieran obligaciones en el marco del Tratado de Fuerzas Convencionales (TFC) Es posible, pero somos pragmáticos y quisiéramos más exactitud.
P. La ampliación de la OTAN ha perdido importancia...
R. Personalmente, creo que el enfrentamiento de Rusia y la OTAN no es posible y que los organismos dirigentes de la Alianza están desorientados por la pérdida del contrincante. El enemigo ha desaparecido, pero el deseo de gastar dinero, de crear sistemas de armamento se mantiene y es mucho más fuerte en la mentalidad y en la política de Occidente que en Rusia.
P. ¿Podría decirse que el terrorismo les ha ayudado a superar el enfrentamiento con la OTAN?
R. Las medidas que la OTAN se plantea y su orientación, sobre todo en el terreno de las Fuerzas Armadas, no está en concordancia con las amenazas del terrorismo. Con los terroristas hay que luchar con métodos selectivos.
P. ¿No le parece que la preocupación por las armas nucleares tácticas, más manejables que las estratégicas, se debe precisamente al miedo a que caigan en manos de los terroristas?
R. En Bélgica hace unos días han detenido a varias personas que trataban de penetrar en una base de la OTAN donde se guardan armas nucleares tácticas. Ni nosotros ni los especialistas de otros países tenemos el más mínimo temor por el nivel de seguridad de los arsenales nucleares rusos. Sabemos todo lo que tenemos hasta la última unidad, sabemos cuánto tenemos, dónde lo tenemos y cómo lo tenemos, lo que cuesta y qué hacer con ello.
P. El Gobierno ruso discute esta semana cambios en la doctrina militar que permitirán a las Fuerzas Armadas atacar a los terroristas con fines preventivos.
R. Según nuestra Constitución, el principal fin del Ejército es la defensa contra el enemigo exterior. Nosotros no vemos un enemigo exterior ni en EE UU ni en la OTAN, pero vemos un enemigo común en el terrorismo internacional. En esos días terribles de la toma de los rehenes, las Fuerzas Armadas rusas no participaron en la liquidación de los terroristas en la sala de conciertos de Moscú. Creo que las Fuerzas Armadas deberían participar en casos como ésos, porque tienen medios que les permiten poner fuera de combate a los adversarios. Creo que estos medios existen en los Ejércitos de otros países y que se hacen muchos esfuerzos para crear armas que no maten.
Cuando nuestro ministro habla de ataques preventivos, yo, como militar, entiendo que en caso de un secuestro masivo, hay que encontrar formas de neutralizar a los terroristas que no conduzcan al daño máximo al que éstos aspiran. Las precisiones del documento conceptual que estudiaremos tienen por fin que las FF AA participen de forma más eficaz en la lucha antiterrorista, lo que requiere cambios en la base legal para utilizar las FF AA en situaciones internas y la creación de unidades capaces de resolver tareas distintas a las clásicas.
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