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El Arqueológico de Madrid exhibe en facsímile una parte de la tumba de Seti I

Jacinto Antón

Impresionantes construcciones consagradas a asegurar la eternidad a sus ocupantes, las tumbas faraónicas del Valle de los Reyes son, paradójicamente, muy vulnerables a los estragos del tiempo. Como ha sucedido con otros grandes monumentos, su conservación parece pasar por la realización de copias a tamaño natural. Ahora, una empresa basada en Madrid y Londres ha desarrollado una tecnología que permite construir esos facsímiles con un grado sensacional de exactitud. Un ejemplo: un sector de la tumba de Seti I se exhibe en el Arqueológico de Madrid. El sistema permite recuperar en la copia fragmentos destruidos de la tumba o que están dispersos en colecciones o museos.

La copia de un sector de la tumba de Seti I en el Valle de los Reyes (Luxor), cuya producción supuso introducir en las cámaras sepulcrales del faraón sofisticados aparatos con aspecto de película de ciencia ficción, podrá verse durante un mes en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. La tecnología punta que se ha empleado se basa en un enorme ingenio láser de escaneado tridimensional que no daña el original y permite una resolución superior a 100 micras.

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Según Fernando García-Guereta, uno de los responsables de la empresa autora de la construcción, Factum-Arte, "por primera vez se captura, fresa e imprime con un margen de error de 0,1 milímetros la superficie tridimensional de un monumento". El especialista indicó que ello supone que la copia de la tumba de Seti I ha contado con "2.500 puntos de información por metro cuadrado más que la de la cueva de Altamira".

La reproducción a escala 1:1 de las tumbas del Valle de los Reyes es un viejo sueño del Gobierno egipcio, uno de cuyos mayores quebraderos de cabeza patrimoniales es la masificación turística que sufren esas sepulturas.

Factum-Arte, que ya ha creado una réplica a tamaño natural de la cámara funeraria de la tumba de Tutmosis III -la pieza central de una exposición en la National Gallery of Art de Washington-, consiguió la autorización del Consejo Supremo de Antigüedades para meter sus equipos en la tumba de Seti I (KV 17), descubierta por Belzoni en 1817 y que es la más larga -más de 120 me-tros-, la más profunda y más acabada de todas las tumbas del valle. En el interior de la tumba (cerrada al público por su delicado estado desde años) se escaneó en cuatro áreas, incluida una gran zona en la cámara sepulcral abovedada -ilustrada con un maravilloso techo astronómico y escenas del texto sagrado de la Duat-, que es la que ha producido el facsímile de 12 metros cuadrados del Arqueológico.

Los responsables de Factum-Arte reconocen que la reconstrucción completa de la tumba es una obra faraónica, que no podría acabarse antes de 2005 y que tendría un coste elevadísimo. La empresa trabaja en el plan de construir facsímiles de ésta y otras tumbas (la de Seti I y las de Hatshepsut, Tutankamón y Ramsés VIII) para un futuro museo de iniciativa privada que se proyecta en las afueras de El Cairo y para el que aún no hay financiación.

Una visitante, ante el facsímile.
Una visitante, ante el facsímile.RICARDO GUTIÉREREZ
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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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