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Una proteína de la sangre predice el riesgo cardiaco de modo más fiable que el colesterol

Los médicos discuten la opción de generalizar el análisis en las personas predispuestas

Javier Sampedro

El seguimiento durante ocho años de 27.939 mujeres ha demostrado que los niveles de un marcador de la sangre (la proteína C-reactiva) pueden predecir el riesgo de infartos y otras enfermedades cardiovasculares de modo más fiable que el colesterol malo, que es el factor de predicción más utilizado en la actualidad. Pocos médicos defienden que se analice la proteína C-reactiva de forma sistemática en toda la población, pero va creciendo la opinión de que la determinación de este marcador debería generalizarse en las personas con algún otro factor de riesgo.

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El estudio ha sido coordinado por Paul Ridker, director del centro de prevención cardiovascular del hospital de Brigham, en Boston, y se ha presentado en el último número del New England Journal of Medicine (14 de noviembre). Los datos se refieren sólo a mujeres porque el trabajo ha aprovechado un estudio sobre otros aspectos de la salud femenina iniciado en 1992, pero todos los indicios apuntan a que los resultados serán muy similares en la población masculina.

Los científicos ignoran aún muchos detalles sobre la función normal de la proteína C-reactiva, pero sí saben que sus niveles aumentan en la sangre en los procesos inflamatorios, y de hecho hace tiempo que se usa como marcador analítico en ese tipo de dolencias. En los últimos años han ido acumulándose los indicios de que la inflamación -y por tanto la proteína C-reactiva- está muy relacionada con las enfermedades cardiovasculares, y el nuevo estudio con casi 28.000 mujeres ha demostrado que este marcador predice el riesgo cardiaco mejor que los niveles de colesterol.

Según los datos de Ridker, un nivel alto de colesterol malo (mayor de 154 miligramos por decilitro de sangre) aumenta en un 50% el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular (infarto, ataque cerebral u otro), mientras que un nivel alto de proteína C-reactiva lo aumenta en un 130%. Las personas que tienen el colesterol alto y la proteína C-reactiva baja manifiestan un riesgo claramente menor que las que tienen el colesterol bajo y la proteína C-reactiva alta. Pero un aspecto aún más interesante de los resultados es que los dos marcadores tienden a identificar a grupos de riesgo distintos. Este es un fuerte argumento para analizar simultáneamente ambos marcadores. En el estudio de Ridker, el 46% de las mujeres que han sufrido un accidente cardiovascular tenían niveles normales de colesterol malo, y por tanto se hubieran escapado en un análisis de riesgo convencional. Una gran parte de ellas, sin embargo, podrían haber conocido sus riesgos midiéndose la proteína C-reactiva.

'En las personas aparentemente sanas se da una correlación clara entre los niveles de proteína C-reactiva y el riesgo de enfermedad cardiovascular', señala el presidente de la Sociedad Española de Cardiología, José María Cruz Fernández. 'Y en los pacientes que acuden a un hospital porque ya tienen algún síntoma, unos niveles altos de este marcador suelen indicar un peor pronóstico y un mayor número de complicaciones'.

Cruz Fernández no cree, sin embargo, que sea útil generalizar el análisis de la proteína C-reactiva a toda la población. 'La proteína C-reactiva sube en sangre en cualquier proceso inflamatorio, y hay muchos procesos de este tipo que no están relacionados con el riesgo cardiovascular'. Pero este médico sí le ve una gran utilidad en combinación con otros indicadores de riesgo, incluido el colesterol.

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