_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Josu Ternera

¿Fue culpable de aquella matanza? No lo sé, ni lo saben quienes le denuncian a cada minuto. No lo sabremos: no le van a poder juzgar, a menos de que le cacen en algún sitio. Se ha escapado: ha hecho bien. Si es culpable, por no enfrentarse con un justo castigo por lo que él consideró un acto patriótico (los actos patrióticos son ríos de sangre); si no, porque el ambiente no le ofrece garantías. Personalmente, estoy atontado y agarrado por la campaña, y creo que lo es. Razonablemente, no estoy seguro: pienso que los culpables inmediatos son quienes le han dejado escapar. Se deja escapar a mucho sospechoso. No puedo comprender que, desde aquel lejano asesinato en masa, Ternera haya estado en plena libertad y con cargos públicos sin que nadie le agarrara, y que desde que se le citó para declarar nadie tomara precauciones para que no huyera, por culpable o por inocente perseguido. La explicación fácil maligna es que no querían juzgarle, no fuera a ser que no hubiera suficientes pruebas y tuviera que quedar en libertad con gran irritación de todos. Hay otra: el miedo. En guerra decían que 'el miedo es libre', gran frase. Hasta los jueces reconocen como atenuante o como eximente el 'miedo insuperable'; y son tan humanos, o tan inhumanos, como los acusados. No parece probable.

Acusamos ahora a sus abogados (o imputamos, que no es lo mismo: qué idioma, qué trabalenguas de matices) y les consideramos cómplices. Somos incapaces de creer que haya quien defienda a los asesinos y los delincuentes sin formar parte de su patio de monipodio, su ETA, su mafia. Supongo que el Colegio de Abogados debía protestar: el defensor no está implicado en las acciones posibles de sus defendidos, sino que hacen mirar las cosas a su favor, o al menos agitar la sombra de una duda. Siempre me ha parecido increíble que un jurista defienda o acuse sólo por su puesto en el tribunal, o por su profesión. Lo prefiero así antes que al poder absoluto que condena absolutamente (Franco, que ahora está evocando Boadella en una película que tiene a medias). Personalmente, repito, le creo mezclado en el crimen. Pero ¿y si le absuelven y se querella contra mí por calumnia? (Creo, como muchos compañeros, que ante el terrorismo no se puede ser neutral: pero razonable, sensato, es obligatorio).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_