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Columna
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El Born, un proyecto de futuro

Finalmente llegó la decisión tan esperada y nos felicitamos por ello. La coexistencia de la biblioteca central urbana de Barcelona y el nuevo equipamiento cultural que se vislumbra en el Born era a todas luces una solución forzada. Por esto nuestra respuesta es de estímulo y reconocimiento a los responsables de las administraciones públicas. Esta vez podemos celebrar el acuerdo institucional.

El nuevo Born es posible y se presenta como una gran oportunidad. Barcelona dispondrá de un nuevo centro cultural moderno, innovador, abierto, lúdico, participativo, imaginativo, que vincule la memoria con el presente y destile conocimiento. Este nuevo equipamiento cultural tiene un reto: convertirse en un centro de divulgación e interpretación histórica y de la ciudad.

La concepción de cómo pueden ser los equipamientos culturales del futuro es un tema de actualidad. Y los nuevos modelos que se debaten se aplican tanto a los museos como a las bibliotecas que se proponen como centros culturales de nueva generación, de proximidad.

Quizá por eso también, parte de las reacciones recientes contrarias a la decisión pueden explicarse por el miedo. Expresiones como 'proyecto multiusos' para referirse al nuevo Born parecen en el fondo apreciaciones que en el mejor de los casos sólo pueden estar justificadas por la falta de confianza. Pero es que también se han cuestionado la historia y los restos arqueológicos, y esto es difícil de aceptar. Considerar que los libros aportan sentido crítico, y la historia no, es como un encaje de bolillos. ¿Qué son los libros sino memoria escrita? Y afirmar que los arqueólogos mandan en exceso equivale a propugnar que quienes tienen que tomar las decisiones -los responsables institucionales- han de desestimar el dictamen de los técnicos de patrimonio.

En el sector del patrimonio y de la gestión cultural se dispone de acreditada experiencia como para merecer un respeto y reconocimiento propio de la normalidad alcanzada en otras disciplinas.

Por otro lado, en lugar de felicitarse por la intensa y saludable polémica ciudadana y por la presencia en el debate de la sociedad civil como sinónimo de riqueza y pluralidad, se ha hablado en términos de 'pulsión gremial'. Y se opone esta pulsión a la reivindicación vecinal como si tuvieran intereses opuestos. Así no se avanza. Lo positivo del caso es que todos salimos ganando. Los ciudadanos de Barcelona y los del barrio de la Ribera, en particular, dispondrán de dos equipamientos en lugar de uno, con mejores condiciones, y los profesionales (las asociaciones que nos hemos unido para reivindicar que otro Born era posible) habremos contribuido al nacimiento de un nuevo centro que puede ser pionero y renovador.

Por eso, ahora es preciso indicar algunas de las nuevas necesidades que se presentan de inmediato tanto para la construcción de la biblioteca como para la del nuevo Born. En primer lugar, es imprescindible fijar plazos y asegurar el sistema de financiación para que la viabilidad de los dos equipamientos sea posible y sin retrasos. Las recientes declaraciones de Ferran Mascarell, concejal de cultura del Ayuntamiento de Barcelona, son esperanzadoras. Por un lado, ha dicho que la biblioteca podría construirse en unos plazos muy similares a los previstos inicialmente, a finales de 2005 o en 2006.

Respecto al nuevo Born, no ha avanzado fechas, pero sí sensibilidades. Una selección representativa de las piezas halladas en las excavaciones del subsuelo se exhibirá a finales de 2003 en el Museo de Historia de la Ciudad, y en 2004, coincidiendo con el programa del Fòrum, el mercado puede acoger alguna actividad. Este intento de abrir el espacio, aunque sea tímidamente, debe estar vinculado a la existencia previa de un proyecto de futuro.

Por eso, en segundo lugar, es urgente encargar la redacción del proyecto museológico del Born que defina los criterios y los objetivos del nuevo equipamiento. Éste no tiene que centrarse exclusivamente en la ciudad destruida en 1714, debe tener amplitud de miras porque son muchas las posibilidades que ofrece. El discurso debe abordar la creación de la ciudad moderna y urbana, en un trayecto histórico que va del siglo XIV al XVIII, que ayuda a comprender la evolución de Barcelona y la sitúa además en el contexto de las grandes ciudades europeas. La redacción del proyecto ha de encargarse a profesionales competentes que conozcan el yacimiento y su contexto histórico, y tengan probada experiencia en museología y gestión para que sean capaces de agotar todas las potencialidades del centro, un equipo que fomente el diálogo y permita la participación de todos los sectores implicados.

En tercer lugar, hace falta un nuevo proyecto arquitectónico y museográfico que aborde la restauración y consolidación del edificio, así como su programa. Para ello debería convocarse un concurso abierto que se ciñera al proyecto museológico previo. Invertir el orden significaría de nuevo caer en errores por todos conocidos.

Pensamos en una intervención arquitectónica que respete el edificio de Fontserè. Se lo merece, y el placer que proporciona contemplar el espacio sin barreras visuales que lo desvirtúen, también. Por eso el programa museográfico debe establecer como uno de los aspectos más importantes la unión de los trayectos urbanos del mismo barrio. Se trata de posibilitar el uso de algún sector como espacio público y la conexión de la Ribera y de la Ciutadella a través del Born.

Son muchos los interrogantes, pero sería bueno que partieran de la confianza y el deseo de unir voluntades. La mejor garantía que esto suceda será que primen el diálogo y la participación entre todos los sectores implicados, vecinos, profesionales y administraciones.

Firman también el artículo Xavier Menéndez e Isidre Pastor en representación de las siguientes asociaciones: Asociación de Arqueólogos de Cataluña, Asociación de Archiveros de Cataluña, Asociación Catalana para la Investigación en Arqueología Medieval, Asociación de Museólogos de Cataluña, Asociación de Profesionales de la Gestión Cultural de Cataluña, Asociación de Restauradores Conservadores de Cataluña, Grupo Técnico -Asociación Profesional- de Conservadores Restauradores de Cataluña y Sociedad Catalana de Arqueología.

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