Nostalgia del farandulero
El otro Bardem, el que me parece que a él le hubiera gustado ser, es el de Cómicos o el de los extras de Esa pareja feliz, gente que vivía al día, sin grandes certezas, con un horizonte más que nublado pero soñando con la suerte en vez de la razón histórica. Era mucho mejor explicando los problemas de una pareja que no sabe como matar un corderito que ha de servir de plato principal por Navidades que explicándonos que el Reichstag lo quemaron los propios nazis. Le gustaba hablar de lo que conocía y lo hacía bien y con mucha gracia. Por eso lo suyo, su mundo, era el de la farándula.
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